Acúfenos


Dr. Ignacio Arruti González. Jefe de Sección ORL del CHN Dra. Almudena Rodríguez de la Fuente. MIR ORL del CHN

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Los acúfenos, también llamados tinnitus, son una alteración del sistema nervioso que hace que una persona escuche sonidos sin la existencia de un estímulo externo.

Los primeros reportes que se han obtenido se remontan hasta la decimoséptima de las dinastías egipcias (1650-1532 a.C.). Un texto antiguo, el Libro Médico de Crocodilópolis, contiene referencias a un zumbido en los oídos. El tratamiento consistió entonces, en verter hierbas, aceite, incienso, resinas de árboles y tierra en el oído de la víctima, usando un embudo de madera.
Fueron los egipcios los que dieron nombre a este problema auditivo. Ellos lo bautizaron como “oído encantado”. El nombre egipcio pronto adquirió la denominación latina tinnitus que significa tintineo. Esta denominación ha llegado hasta nuestros días con el término de acúfenos o tinnitus.

Incidencia

Todo el mundo puede padecer acúfenos sin importar de modo determinante sexo o edad. Un 8% de la población está afectada de manera permanente y hasta un 20% de manera ocasional. Podemos considerar que constituye un problema para 3,5 millones de españoles y 25 millones de europeos.
Su presencia aumenta con la edad, siendo más frecuentes a partir de los 50 años y su incidencia es algo mayor en los varones.

Causas

Existen muchas alteraciones que pueden hacer aparecer los acúfenos:
• Exposición a ruidos: un sonido fuerte (explosión) o largas jornadas laborales en contexto de ruido, el abuso del uso de auriculares… Pueden ser algunos de los desencadenantes. Es frecuente en músicos: Bono, Eric Clapton, Sting…
• Procesos infecciosos.
• Consumo de ciertas medicaciones (ototóxicos).
• Perforaciones timpánicas, traumatismos.
• Alteraciones vasculares.
• Hipertensión arterial.
• Diabetes.
• Problemas neurológicos.
• Problemas psicológicos: depresión, psicosis…
• Hipertiroidismo.
• Lesiones cervicales.
• Alteraciones en la masticación.
• Problemas óticos: desde un simple tapón de cerumen hasta un tumor del nervio acústico.
La lista podría ser interminable. A la vista de las múltiples posibilidades resulta imperativo acudir a un especialista para realizar un diagnóstico correcto y resolver o bien minimizar el problema.

Tipos de acúfenos

• Unilaterales o bilaterales.
• Continuos o fluctuantes.
• De tonos sencillos (agudos o graves) o de tonos complejos.
• Pueden ser pulsátiles que van al unísono con el ritmo cardiaco.
• Objetivos: son sonidos reales, con un origen mecánico, que nace en el mismo oído o en su alrededor.
• Subjetivos: son los más habituales, no tienen un origen mecánico.
• Agudos (duran un máximo de 3 meses), subagudos (entre 3 y 12 meses), crónicos (duran mas de 12 meses.

Síntomas y consecuencias

La mayoría de las personas que los padecen sufren un deterioro en la calidad de vida.
• En un 70% de los casos se acompaña de hipoacusia.
• Un 40% de los casos presentan una mayor sensibilidad a los sonidos (hiperacusia).
• Inestabilidad, mareos.
• Dificultad para conciliar el sueño.
• Dolor de cabeza.
• Sensación de agotamiento.
• Ansiedad.
• Bajo rendimiento laboral.
• Disfunciones sexuales.
• Falta de concentración.
• Reacciones emocionales: falta de concentración, ataques de pánico, temor a perder la cabeza, extrema preocupación por los sonidos, obsesión…

Factores de riesgo

• El estrés, el cansancio o la ansiedad pueden ayudar a la aparición de esta dolencia.
• Una exposición continuada a sonidos intensos o el uso frecuente de auriculares.
• Consumo de sustancias tóxicas (alcohol, tabaco, medicamentos, otro tipo de drogas…).
• Problemas de salud: colesterol, hipertensión, diabetes…
• Cambios meteorológicos bruscos.

Tratamiento

En la mayoría de los casos no existe una solución mágica, aunque existen tratamientos disponibles que ayudan a su control. Las investigaciones que se llevan a cabo nos dan esperanzas de mejores soluciones en un futuro próximo.
1. Amplificación: mediante audífonos permite a los pacientes oír sonidos ambientales en lugar de sus acúfenos, sobre todo en caso de acúfenos en frecuencias graves.
2. Generadores de sonido: de aspecto similar a los audífonos, producen una banda de sonido seleccionada que enmascara el acúfeno. En ocasiones se puede producir un enmascaramiento efectivo mediante grabaciones colocadas cerca de la cama (música a bajo volumen).
3. Terapia de reentrenamiento: diseñada para reeducar al cerebro para ignorar el acúfeno.
Se combina asistencia directa con consejos prácticos y exposición a sonidos constantes a niveles bajos.
4. Electroestimulación: se utiliza energía eléctrica transmitida a la cóclea mediante electrodos.
5. Terapia cognitivo conductual: destinada a combatir el estrés y educar al paciente a manejar el malestar creado.
6. Implantes cocleares: en pacientes con muy poca audición o pérdida completa, su utilización mejora en muchos casos el acúfeno.
7. Tratamiento de las diversas causas:
• Otorrinolaringologicas, tanto de oido externo, medio o interno.
• Odontologicas cuando el problema se encuentra en la articulación. temporo-mandibular, son útiles las férulas de descarga.
• Metabólicas: tiroides, diabetes, colesterol, déficits vitamínico-minerales…
• Neurológicos.
• Psicologicos: estrés, ansiedad, depresión
8. Terapias alternativas: la hipnosis, acupuntura… en ocasiones pueden ayudar

Tratamientos farmacológicos

Se han investigado muchos fármacos para aliviar los acúfenos. Todos ellos dependiendo en qué circunstancias pueden ayudar a paliar el problema.
• Vitaminoterapia: fundamentalmente complejos B.
• Vasodilatadores: nimodipino, betahistina…
• Corticoesteroides.
• Antioxidantes.
• Ansiolíticos: el más utilizado es el Alprazolam
• Lidocaína: anestésico local. Debido a que hay que administrarlo mediante un suero intravenoso y a su duración corta no es un fármaco de elección.
Las investigaciones continúan de cara a encontrar un fármaco de administración oral sin los efectos secundarios de la lidocaína

Conclusiones

El acúfeno no es una enfermedad sino un síntoma que puede alertar de la presencia de problemas de muy diverso tipo y gravedad.
Lo primero y fundamental va a ser buscar la causa que lo provoca, por lo tanto, es imprescindible acudir a un especialista otorrinolaringólogo al menor signo de disfunción.
En los últimos años han surgido unidades especializadas en el acúfeno, que combinan el trabajo de los otorrinos con el de neurólogos, psiquiatras y audioprotesistas.
Como hemos visto, la incidencia de esta patología es elevada y sin embargo son pocas las personas que buscan ayuda especializada. Su presencia indica una disfunción del oído interno cuyo origen será necesario investigar.