Ciática por hernia de disco y posibles opciones de tratamiento


Dr. Rubén Goñi Robledo. FEA traumatología y ortopedia. Complejo Hospitalario de Navarra. Dra. Marta Aguado Sevilla. MIR anestesia. Complejo Hospitalario de Navarra

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Como ya expusimos en un artículo previo sobre dolor lumbar y ciática en esta revista, es una patología muy frecuente en la edad adulta, con mayor prevalencia en el sexo femenino y un aumento progresivo con la edad.

Sin embargo, el 80% mejorará en un plazo de 4-6 semanas con tratamiento conservador basado en la toma de antiinflamatorios y analgésicos, reposo breve y rehabilitación y tan sólo un 10% se cronificará. En este 10% de pacientes puede ser necesario llevar a cabo acciones más invasivas para llegar a la curación del proceso, como pueden ser los bloqueos lumbares o infiltraciones o incluso una intervención quirúrgica. Vamos a abordar un caso más concreto y sus posibles opciones de tratamiento.

Hernia discal en la L5 y S1

Se trata de una paciente que en el último año ha sufrido dos crisis o ataques de ciática, que ha acudido a varias sesiones de ejercicios para su recuperación, ha recibido corrientes y estiramientos y no ha sido efectivo. Le ha quedado una cojera por falta de fuerza en el pie y gemelos. Le hicieron una resonancia magnética y le descubrieron una hernia de disco entre la quinta vértebra lumbar y la primera vértebra sacra que le produce un hormigueo desde el glúteo hasta los dedos del pie. Con esta evolución crónica nos pueden surgir las siguientes preguntas: ¿Se puede recuperar el nervio dañado? ¿Se puede recuperar la falta de sensiblidad y de fuerza? ¿Es la cirugía la única solución? ¿Esta cirugía es segura?

Tratamiento quirúrgico

Vamos a tratar de responder a estas importantes preguntas que nos plantea nuestro caso. Nuestro paciente ha realizado varios tratamientos durante el último año, con escasa mejoría y con una clínica progresiva e incapacitante. En este caso podríamos plantearnos un tratamiento quirúrgico, teniendo en cuenta que el objetivo principal de la operación de hernia discal es el de liberar la raíz del nervio que está comprimido por el disco, lo que causa la sintomatología.
La opción más eficaz y con mejores resultados es la de practicar una discectomía, es decir, extraer la hernia discal y eliminar de esta manera la causa desencadenante de la compresión.
En cuanto a la seguridad del proceso, cualquier operación, por simple y fácil que parezca, conlleva ciertos riesgos. De manera general, dos riesgos importantes en casi cualquier intervención quirúrgica son principalmente la infección y la hemorragia. Para tratar de evitar ambos, los cirujanos utilizamos antibióticos antes y después de la intervención para evitar la infección y una técnica cuidadosa y precisa para tratar de evitar un sangrado excesivo. También debemos tener en cuenta que tras una cirugía lumbar puede producirse una excesiva cicatriz en la zona, lo que llamamos fibrosis, que puede volver a hacer aparecer los síntomas previos a la intervención. Siempre se ha de seleccionar cuidadosamente los casos que son susceptibles de cirugía.

Recuperación del nervio ciático

En cuanto a la lesión nerviosa y su posible recuperación, conviene saber que normalmente depende de la situación de la lesión y los mecanismos que utilizan los nervios para recuperarse.
Lo principal para la recuperación del nervio es que paremos el mecanismo que lo está dañando y posteriormente el nervio comenzará su proceso regenerativo. Simplificando mucho el proceso, la evolución dependerá del tiempo que el nervio ha estado comprimido y de las estructuras que han sido dañadas durante ese tiempo, bien sólo en el recubrimiento nervioso, lo que llamamos mielina, o bien del recubrimiento y de las fibras nerviosas propiamente dichas:
• La situación más leve se produce cuando hay un daño en la mielina sin lesión en las fibras nerviosas. El nervio deja de funcionar pero de forma temporal. Cuando eliminamos la compresión externa, sólo le queda al nervio reparar la mielina. Esto puede tardar desde semanas a meses en recuperarse dependiendo del grado de afectación.
• Si se produce la muerte de algunas de las fibras de un nervio, hablamos de lesión axonal. El nervio ha de regenerar esta lesión de manera mucho más lenta y paulatina, generalmente a razón de 1 milímetro al día. En los casos donde hay poco daño axonal y sobre todo, daño en la mielina, puede tardar algunos meses pero se ve una recuperación más rápida con cambios progresivos a mejoría. En los primeros 3-4 meses se habrá recuperado casi toda la fuerza perdida. Cuando hay muerte de una cantidad significativa de axones, los mecanismos de reparación necesitan más meses para producir mejorías en la sensibilidad y en la función. Estaríamos hablando de periodos de 8-12 meses para ver una mejoría evidente, sin poder descartarse secuelas derivadas de la lesión.