Hipertensión arterial


Dr. Enrique de los Arcos

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La hipertensión arterial es uno de los principales problemas médicos del mundo occidental y forma parte del grupo de enfermedades cardiovasculares que condicionan la principal carga sanitaria. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de morbilidad y mortalidad tanto en los países desarrollados como los que están en vías de desarrollo.

Se denomina hipertensión arterial (HTA) al aumento de presión en el interior de las arterias del organismo. Cuando hablamos de HTA a secas nos referimos únicamente al problema en el sistema arterial sistémico, al árbol periférico, en contraposición al sistema pulmonar.

Hay dos tipos de hipertensión: una llamada secundaria, ya que se debe a una causa determinada y es perfectamente curable si se elimina la causa productora: tumores productores de substancias hipertensoras, como los que residen en las glándulas suprarrenales, las estenosis de las arterias renales, la coartación de aorta, etc. La mayor parte de los casos, sin embargo, no obedecen a una causa conocida y se denominan hipertensiones esenciales. En estas últimas coexisten dos factores: factores genéticos y el medio ambiente.

Los factores de la herencia hacen que los descendientes de padres hipertensos tengan un riesgo alto de sufrir este problema tarde o temprano a lo largo de su vida. Los factores ambientales son, en primer lugar, el estilo de vida (la dieta alimenticia, esencialmente la cantidad de sal, el número de calorías, la ausencia de alimentos vegetales, el exceso de grasas e hidratos de carbono, la vida sedentaria), el estrés familiar y laboral y, dentro de éste, el estrés crónico mantenido de las sociedades al borde de la pobreza, con dietas absolutamente desequilibradas, con pobre valor nutritivo y gran valor energético. La personalidad tipo A, agresiva, exigente y colérica y la edad constituyen otros factores al lado de muchos más. Una persona puede ser hipotensa durante muchos años de su vida adulta, pero a partir de los 55 años tiene un 50 % de posibilidades de hacerse hipertensa.

«Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de morbilidad y mortalidad tanto en los países desarrollados como en vías de desarrollo»

Las cifras normales de TA consideradas como normales, hasta hace poco, eran de 140 mm de mercurio (Hg) para la sistólica o máxima y de 90 mm de Hg la diastólica o mínima. Actualmente consideramos a valores de 130/80 como pre-hipertensión (o bien normal-alta) y cifras ideales a menos de120/80.

Aproximadamente alrededor de un 30-40 % de la población adulta es hipertensa y el control de la misma deja mucho que desear. Pese a los tratamientos altamente eficaces que existen hoy día, hay un pésimo control del problema. Hay varias causas: la primera es la pobre adherencia al tratamiento (el paciente no es consciente de su importancia y, con frecuencia, olvida las pastillas o lo abandona totalmente; la necesidad de tomar 2 ó más fármacos para controlarla adecuadamente, lo que aumenta la resistencia a tomarlos, etc). Pero la más común es que el hipertenso no se considera enfermo. Se encuentra bien y es muy difícil convencerle para que mire hacia el futuro.

El futuro de un hipertenso auténtico es malo si sus cifras tensionales no están adecuadamente controladas dentro de las cifras consideradas normales. Conducirán, sobre todo a la elevación de la presión sistólica o máxima y a la lesión de los llamados “órganos diana”: el corazón, el cerebro, el riñón y el sistema arterial periférico.

El corazón enferma de dos maneras: el desarrollo de una hipertrofia y fibrosis del músculo llevará hacia la aparición de una insuficiencia cardiaca; junto con otros factores de riesgo como la diabetes, la obesidad, el colesterol y el tabaco, ayudará a desarrollar la enfermedad coronaria (angina de pecho, infarto de miocardio y muerte súbita). En el cerebro se manifiesta como el ictus, tanto trombótico como hemorrágico, con sus desastrosas secuelas. Sobre el riñón la evolución progresiva hacia la insuficiencia renal, la diálisis y el transplante. En el sistema arterial periférico: aneurismas de aorta y su rotura así como afectación de las arterias de extremidades inferiores.

Existen actualmente excelentes medicamentos, que muchas veces han de tomarse a dosis altas o en asociación. Pese a ellos no se alcanzan las cifras de control adecuadas pues los fármacos son caros y su precio, junto con los resultados patológicos de su mal control, suponen una importantísima carga sanitaria.

Hay que prevenir y esta prevención comienza con lo mismo que predicamos para el conjunto de las enfermedades cardiovasculares: el estilo de vida, incluyendo la alimentación (dieta mediterránea), eliminación de hábitos tóxicos como el tabaco y el ejercicio físico mantenido. Hábitos que han de comenzar desde la escuela y que deben entrar a formar parte como algo fundamental en cada individuo.