Los antiestéticos y dolorosos ”juanetes”


Dra. Amparo Santamaría Torroba. Especialista Rehabilitación. Centro de Atención temprana Zaragoza. Instituto Aragonés Servicios Sociales. Dra. Daime Pérez Feito.Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. SEMERGEN NAVARRA

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Los juanetes (hallux valgus) son una deformidad del primer dedo del pie, que produce una protuberancia en el borde externo del mismo. Consiste en la desviación medial (hacia el centro del eje corporal) de la cabeza del primer metatarsiano y la aproximación del dedo gordo del pie hacia el resto de los dedos, que puede ocasionar incluso la superposición de los dos primeros dedos.. La afección puede llegar a ser muy dolorosa.

El antepié es la parte del organismo que soporta una mayor fuerza mecánica. Soporta la fuerza mecánica del peso, y también la dinámica del movimiento cuando impulsa a la persona hacia delante y recibe el impacto de cada apoyo. Tanto las fuerzas de roce como las de compresión son absorbidas por la planta del pie y trasmitidas al esqueleto. Por ello, en el antepié existen unos cuerpos grasos que se encargar de dispersar las presiones y proteger a los vasos y nervios de la zona.

Causas

Los factores hereditarios son los más influyentes, aunque también pueden aparecer por reumatismos inflamatorios o por otras enfermedades del pie como los pies planos (apenas hay arco plantar) o los pies cavos (con exceso de arco plantar)
Las mujeres son más propensas a sufrir juanetes que los varones, sobre todo por el uso de tacones altos (a partir de 4 cm) , así como un calzado demasiado estrecho en el antepié (parte anterior del zapato).

Existen tres tipos distintos de hallux valgus:
• Congénito: Muy raros. Son realmente anomalías congénitas de la articulación interfalángica del primer dedo
• Adquirido: Es la más habitual. Intervienen factores generales (herencia, edad y sexo; factores extrínsecos (uso de calzado inadecuado) y factores intrínsecos (malformaciones del pie, desequilibrio muscular,
• Patológico: aparece deformidad metatarso-falángica asociada a enfermedades como la artritis reumatoide o la gota.
En los Juanetes encontramos que:
• El dedo gordo rota en dirección hacia los otros dedos y se puede llegar a montar sobre el segundo dedo.
• El paciente siente dolor sobre la articulación donde se localiza el juanete y que empeora con la presión de los zapatos.
• La piel de la protuberancia puede presentar callosidades.
Estas deformidades condicionan por tanto: dolor, dificultades para calzarse, o problemas estéticos.
El dolor y la inflamación, que empeoran con el movimiento, son dos síntomas de los juanetes que se localizan bien en la zona en que se une el dedo con el resto del pie, o directamente sobre el juanete. Otras veces se presenta en la cara plantar (por debajo) de la articulación, en la cara plantar del antepié, o en todo el pie. El dolor en la parte interna suele deberse a callosidades dolorosas situadas sobre el juanete y, sobre todo, a la inflamación de la bolsa serosa. El dolor plantar está relacionado muchas veces con problemas articulares, como la artrosis.

Diagnóstico

En la mayoría de los casos, el diagnóstico se puede realizar con una mera observación del especialista.
Es necesaria la exploración completa del pie para valorar las posibles alteraciones musculares que lo condicionan o que son consecuencia del juanete. El grado de movilidad del primer dedo (normalmente unos 30º), la presencia o no de crepitación en la articulación, el estado de la piel, de la sensibilidad, motilidad y los reflejos del pie son también evaluados.
Una radiografía del pie, además, puede mostrar un posible ángulo anormal entre el dedo gordo del pie y el pie y, frecuentemente, puede revelar el comienzo de artritis.
Podoscopia: valora de forma dinámica las alteraciones del pie.
Analítica: para detectar asociación con enfermedades sistémicas.

Tratamientos

Si los juanetes no son dolorosos y no impiden utilizar el calzado, los especialistas aconsejan no operarlos. A veces se confunde la estética con la dificultad para calzarse. Cada pie requiere un tipo de zapato que se ajuste a sus características.
El tratamiento de un juanete puede ser de dos tipos: conservador o quirúrgico.
El tratamiento conservador es la primera opción terapéutica. Se suelen administrar analgésicos y antiinflamatorios para reducir los síntomas. Se evitará el roce del zapato con el propio juanete, modificando o cambiando el calzado, de forma que tenga la parte anterior más ancha, se adapte al pie y lo sujete bien. Un paciente con pie plano asociado se tratará con una plantilla.
Es muy frecuente el uso de ortesis (dispositivos que se introducen en el calzado para corregir la forma de caminar), que tratan de evitar la deformación articular. Existen ejercicios que pueden ser útiles en caso de acortamientos tendinosos asociados.
La cirugía está indicada en aquellos casos dolorosos o en los que no permiten caminar con normalidad.
Existen más de 200 técnicas de corrección quirúrgica. El especialista determinará cuál es la más idónea en cada caso, dependiendo del grado de deformidad, de la edad del paciente o de la causa.
Aunque a pesar de que la cirugía puede reducir el dolor en muchos pacientes es frecuente que, tras la operación, la persona tenga problemas para ponerse zapatos estrechos.
Casos especiales: En el caso de los adolescentes, éstos suelen tener más problemas a la hora de tratar los juanetes que los adultos ya que, en algunos casos, puede ser resultado de un problema óseo subyacente.

¿Se pueden prevenir?

Los expertos recomiendan la utilización de zapatos flexibles, sin demasiado tacón. Es aconsejable que sea un calzado que se adapte al pie sin que tenga una punta demasiado estrecha.
También es importante someter a los pies a baños de agua templada y sal para reducir la inflamación y utilizar apósitos que reduzcan la presión sobre el juanete si éste ya ha aparecido.