Obesidad, ¿a qué nos enfrentamos?


Lucía Rivarés Garasa. Enfermera de Cirugía Digestiva del Hospital Royo Villanova. Zaragoza Noelia Domingo Jiménez. Enfermera de Cirugía Digestiva del Hospital Rollo Villanova. Zaragoza Óscar Sambía Novellón. Enfermero de Quirófano

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Definimos la obesidad como una enfermedad crónica tratable, una acumulación anormal y excesiva de masa de tejido adiposo, socialmente relacionado con un exceso de peso. La distribución de la grasa corporal varía con la edad y el sexo. Durante el primer año de vida éste se eleva, para posteriormente disminuir y volver a aumentar a los seis años de edad.

El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de la persona en kilos por el cuadrado de la altura en metros. (Figura 1)

¿Qué causas predisponen a la obesidad?

La obesidad es un problema de salud pública por su prevalencia, costos y carga en los servicios sanitarios. Se ha advertido durante años acerca de los efectos adversos para la salud asociados a la obesidad, a pesar de las advertencias el problema persiste.
Podemos afirmar que la obesidad es un trastorno de origen multifactorial, entre los que cabe destacar:
• Factores ambientales: tanto en el ámbito familiar como social.
• Factores genéticos: entre el 50%- 80% de los hijos de padres obesos la padecerán.
• Factores fisiológicos: la leptina y la insulina (éstos tienen un efecto inhibitorio en la ingesta de alimentos). La leptina, además, disminuye el peso corporal. Por el contrario, los glucocorticoides favorecen la obesidad
• Factores patológicos: como pueden ser los endocrinometabólicos (hipotiroidismo, enfermedad de Cushing, ovarios poliquísticos) o los psicológicos (síndrome bipolar).
• Factores socio-económicos: las personas con menor poder adquisitivo están más predispuestas
• Factores farmacológicos: antidepresivos tricíclicos, glucocorticoides, estrógenos y progestágenos, ciproheptadina…

Clasificación de la obesidad desde distintos puntos de vista

Anatómica:
• Hipertrófica: Es más común en la etapa adulta. Estos individuos tienden a ser delgados o a mantener su peso adecuado hasta los 30-40 años, momento en el que empiezan a ganar peso. Ésta se puede asociar con un desequilibrio entre la ingesta calórica y su utilización. Las personas con obesidad hipertróficas suelen tener una distribución central de grasa, este problema tiende a ser de fácil tratamiento.
• Hiperplásica: típica de la obesidad en la infancia y adolescencia y de mal pronóstico. Estos individuos tienden a ser obesos desde niños y a tener una ganancia importante de peso durante la adolescencia. Después de esta edad, el número de adipocitos se mantiene durante toda la vida. En esta forma de obesidad la distribución de la grasa es central y periférico. El tratamiento es más difícil.
Cuantitativa: relaciona la cantidad de aumento peso con mayor riesgo de padecer enfermedades secundarias a la obesidad. Este tipo nos es útil para valorar individualmente el riesgo de cada paciente así como su progresión o regresión.
Distributiva: la distribución de la grasa depende de factores genéticos y hormonales.
• Obesidad Ginoide: se conoce como obesidad gluteofemoral, periférica, y obesidad en “forma de pera”. Se carácteriza por una acumulación de grasa en la región glúteo-femoral (caderas, nalgas y muslos). Es más frecuente en mujeres premenopaúsicas y no comportan un exceso riesgo cardiovascular ni metabólico. Se asocia con más frecuencia a osteoartritis en las articulaciones de carga, insuficiencia venosa y litiasis biliar.
• Obesidad Androide: se conoce también como obesidad abdominal, central, del tronco y a veces como obesidad de “forma de manzana”. La obesidad tipo androide se caracteriza por la acumulación de grasa en la región abdominal. Presenta mayor comorbilidad por estar asociada con hiperinsulinemia, resistencia a la insulina, menor tolerancia a la glucosa, hipercolesterolemia, hipertriglicéridemia, diabetes e hipertensión. Este cuadro clínico es el llamado síndrome metabólico y todos los síntomas implicados son factores de riesgo de enfermedades coronarias. (Figura 2)

Neuroendocrina:
• Hipotalámica: por tumores o traumatismos.
• Síndrome del ovario poliquístico.
• Insulinoma: pocos casos se asocian.
• Hipotiroidismo.
• Hiperinsulinismo.

Otras situaciones:

• Dejar de fumar: muchas personas que dejan de fumar aumentan de peso en los primeros 6 meses después de dejar el hábito
• El estrés, la ansiedad, sentirse triste o no poder dormir bien
• Menopausia: las mujeres pueden subir de peso durante la menopausia
• Embarazo: es posible que las mujeres no puedan bajar del peso que aumentaron durante este periodo.

¿Qué enfermedades puede provocar la obesidad?

La obesidad predispone al organismo a padecer múltiples complicaciones debido a la alteración tanto metabólica como orgánica que provoca. Sus efectos más negativos se producen porque acentúa y agrava patologías graves. Es una enfermedad que está vinculada al 60% de las defunciones debidas a enfermedades no contagiosas. Las patologías asociadas más importantes de esta enfermedad son las siguientes: Cardiovasculares, Metabólicas, Respiratorias, Ostearticulares, Digestivas, Dermatológicas, Oncológicas y Sociales.

¿Cómo se diagnóstica?

Antes de hacer un diagnostico es necesario una valoración del paciente sobre algunos aspectos de su vida y una exhaustiva exploración física.
• La valoración consiste en conocer aspectos de la vida del paciente como son: antecedentes familiares, evolución del peso a lo largo de su vida, hábitos de alimentación, factores psicológicos, actividad física, enfermedades asociadas, factores socioeconómicos, uso de fármacos…
• La exploración física consta de:
– Conocer la talla y el peso para poder hacer el IMC (índice de masa corporal).
– Medición de pliegues cutáneos: la grasa subcutánea es un método de estimación de la grasa corporal. Lo más utilizado son cuatro pliegues (bicipital, tricipital, subescapular y suprailiaco). Aunque los más usados son: el pliegue tricipital ( indica la grasa subcutánea) y la relación pliegue subescapular/tricipital (es un buen indicador de la distribución de la grasa corporal. Se relaciona de forma positiva con el riesgo cardiovascular.
– Circunferencias corporales: índice cintura/cadera, este cociente valora la distribución de la grasa corporal. Pudiendo diferenciar la obesidad androide y la obesidad ginoide. Es un indicador importante de riesgo cardiovascular. La circunferencia braquial es un indicador sensible a cambios grasos y musculares. El perímetro braquial indica la masa muscular total y es una medida indirecta de las reservas proteicas.

¿Qué tratamientos existen?

Hay que tener en cuenta que la obesidad es una enfermedad crónica y por tanto no es de rápida solución. El tratamiento va a consistir en una combinación de las siguientes medidas:
• Modificar los hábitos alimentarios: reducir la ingesta de calorías. La velocidad de pérdida de peso aconsejable es de 0,5 y 1,5 kg por semana. Se debe evitar los azucares simples y las grasas saturadas. Es aconsejable fraccionar las comidas en 5-6 tomas diarias.
• Aumentar el gasto energético: se considera un pilar esencial en el tratamiento de la obesidad tipo I y tipo II. Imprescindible abandonar la vida sedentaria e iniciar ejercicio físico de forma progresiva y constante.
• Empleo de fármacos: Siempre si el médico lo considera necesario, estos fármacos actúan a través de 3 mecanismos:
Disminuyendo la ingesta calórica porque inhiben el apetito o porque aumentan la saciedad
Aumentando el gasto energético y la oxidación de lípidos (termogénicos)
Inhibiendo la digestión y absorción de macro-nutrientes de la dieta (inhibidores de enzimas digestivas)
• Tratamiento quirúrgico: La cirugía está indicada para pacientes obesos cuando el IMC sea igual o mayor de 40kg/m², o con IMC igual o mayor de 35kg/m² asociado a enfermedades importantes. Esta cirugía está contraindicada en algunas patologías psiquiátricas.