Amma Oblatas
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El centro gerontológico Amma Oblatas se encuentra a pocos minutos del centro de Pamplona, en el edificio que anteriormente albergó el Noviciado de la Hermanas Oblatas. Construido en 1945 según un proyecto del arquitecto Eugenio Arraiza, se trata de uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura navarra, catalogado como Patrimonio arquitectónico por la institución Príncipe de Viana.

En el apartado arquitectónico, el centro, que ocupa una parcela de 66.355 metros cuadrados, destaca por sus enormes ventanales que dan al interior del recinto una gran luminosidad; por un gran patio central, con 4.000 metros cuadrados de jardín, en el que los residentes cuidan de un huerto; y por una galería interior que da al mismo patio, adornada con una gran abundancia de plantas y jaulas con pájaros, que permite disfrutar de la luz del patio durante los meses en los que la meteorología no invita a salir al aire libre.

El histórico edificio alberga en su interior una residencia equipada con los últimos avances al servicio del cuidado de los mayores, y como en todos los centros gestionados por el Grupo Amma, se aprecia una clara apuesta por la calidad y el compromiso con la innovación permanente para procurar servicios únicos y personalizados.

Además de los diferentes aspectos de la filosofía de gestión propios del grupo Amma, merecedora de numerosos premios y reconocimientos en el ámbito de la gestión de centros geriátricos, Azucena Salvador, directora de Amma Oblatas, destaca el hecho de que, desde el inicio de su estancia, a cada uno de los residentes se le asigna una persona de referencia, una especie de tutor. Esta persona, un profesional del equipo de Amma Oblatas, se encarga de realizar un seguimiento exhaustivo de la persona, especialmente durante el primer mes de residencia. Y sirve de interlocutor entre la familia y el centro, de forma que los familiares de la persona que se incorpora puedan en todo momento mantener una comunicación directa y fluida con la dirección, y «pongan cara» a la persona que está especialmente pendiente de la adaptación de su familiar a la vida en Amma Oblatas. Esta persona de referencia se reúne de forma periódica con la familia, acompañada por el profesional del centro que trabaje de forma más habitual con el residente.

Dentro de esta línea de seguimiento pormenorizado, cada residente cuenta con un plan de atención individualizada, elaborado por el equipo técnico del centro con ayuda de los familiares, que recoge las necesidades de la persona residente. Este plan analiza de forma detallada aspectos tanto físicos como psicológicos, médicos, sociales y dietéticos, que aseguran que cada uno de los residentes tenga sus necesidades cubiertas.

Centro abierto

Uno de los aspectos clave de la filosofía Amma es que los centros están siempre abiertos, tanto para que los residentes salgan si así lo desean y su salud se lo permite, como para que familiares y amigos puedan acercarse a visitarlos. «Los familiares pueden venir al centro desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche. Y de hecho lo hacen. Tenemos visitas a todas horas. Es un constante ir y venir de familiares», explica Azucena. «Incluso vienen a darles de comer». Los familiares de la gente que vive en el centro son los mejores auditores de los centros Amma.

Equipo humano

El cuidado de los residentes corre a cargo de un amplio equipo humano, que mantiene sus conocimientos actualizados gracias a los planes de formación continua que los miembros de la plantilla realizan con ayuda de las tecnologías de la información e Internet.

Azucena está al frente de un equipo formado por 70 gerocultoras, 12 enfermeras, dos doctoras, una psicóloga, dos trabajadoras sociales, una animadora sociocultural, un terapeuta ocupacional, dos fisioterapeutas, una coordinadora de servicios generales y una farmacéutica.

A este grupo de profesionales sanitarios y trabajadores sociales hay que añadir 14 personas del equipo de limpieza, un encargado de mantenimiento, un vigilante nocturno, el servicio de cocina y el servicio de lavandería. Según explica la directora, la ropa de cama, las toallas y otros elementos comunes se envían a una lavandería externa, pero la ropa de los residentes se lava en el propio centro.

El trabajo con personas de edad avanzada es en muchos casos una elección vocacional, ya que es una actividad que exige una formación y unas cualidades específicas, pero que también tiene sus recompensas. Según explica Azucena, «los mayores son muy agradecidos y muy cariñosos con todas las personas que trabajan en el centro».

Un día cualquiera

Un día cualquiera, los residentes de Amma Oblatas inician la jornada con la denominada «Terapia de Buenos días». Se trata de una terapia de orientación a la realidad que tiene como objetivo mantener o mejorar las capacidades cognitivas de los residentes, o al menos ralentizar su deterioro. Los usuarios y los cuidadores se saludan por su nombre, se recuerda la fecha, la estación del año, el día de la semana y las noticias del día.

Ya antes de iniciar esta terapia de Buenos días con los residentes, el equipo se ha reunido para tratar los temas principales de la jornada. Y mientras se desarrolla esta actividad, el equipo de rehabilitación visita las habitaciones de las personas que permanecen en cama.

Después vendrá el desayuno, y el resto de la mañana se ocupa con diferentes talleres de terapia ocupacional, de estimulación psicológica, fisioterapia y gimnasia. O bien con actividades lúdicas como el bingo, el cine, la lectura de prensa y la televisión. Los internos que así lo desean pueden asistir al oficio religioso, que se realiza tres veces a la semana. La participación de los residentes en las diferentes actividades viene determinada por dos factores; sus preferencias personales y las necesidades físicas y psicológicas determinadas por el plan de atención personalizada.

Calidad y confianza

Amma Oblatas es uno de los 24 centros gerontológicos gestionados por el Grupo Amma en todo el territorio nacional. La calidad y la especialización son sellos distintivos del Grupo Amma y uno de sus elementos diferenciadores con respecto al resto del sector.

La apuesta por la calidad, la definición de un modelo socio-sanitario propio y el compromiso por la innovación permanente para procurar servicios únicos y personalizados han hecho que Amma cuente con la confianza y el reconocimiento de sus clientes. De hecho, según la última evaluación, más del 93% de los residentes de Amma recomendarían los centros.

Además, Amma se ha hecho acreedora de la confianza de las administraciones públicas, como queda reflejado en el alto porcentaje de plazas concertadas en las Comunidades Autónomas en las que está presente.

El papel central que Amma concede a la calidad le ha llevado a ser patrono de la Fundación Navarra para la Calidad y miembro de la Asociación Española para la Calidad, del Club Gestión de Calidad y de Forética, además de colaborar activamente con la Sociedad de Geriatría y Gerontología.

902 100 999

www.amma.es