Atención del paciente en el antequirófano


María Abad Sanz, Alberto Huici Germán, Herminia Navarro Castañ Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital de Barbastro Sara Aranda Orós, María José Espín Utrera, Carmen Monterroso Blanco D.U.E.s Hospital de Barbastro

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Desde que un paciente ingresa en el hospital para ser intervenido quirúrgicamente pasa por diferentes estancias hasta que llega al quirófano.

La acogida es el lugar de transición entre la familia y el momento de la intervención quirúrgica. En este lugar se debe dar al paciente seguridad y tranquilidad. Tenemos que preservar la intimidad del paciente y procurar un ambiente relajado. Responder a las dudas que se le planteen o trasmitirlas al anestesista o cirujano y comunicar cualquier irregularidad percibida durante la preparación del paciente.

Una vez que los pacientes son recibidos en la sala es importante comprobar:
• Identidad del paciente.
• Alergias medicamentosas o alimentarias y la medicación que toma ( mostrando especial atención a la suspensión de anticoagulantes y antiagregantes).
• Enfermedades importantes, tanto por el riesgo que puede suponer para el paciente en relación con los procedimientos que se le van a realizar, como por el riesgo que puede tener el personal sanitario (virus de la hepatitis, SIDA…).
• Cumplimiento de las horas de ayunas recomendadas (6 horas para alimentos sólidos y 2 horas para líquidos claros).
• Portador de prótesis dental, audífonos, lentillas…
• Portador de objetos metálicos (joyas, piercings).
• Comprobación de vías venosas y sondas, número de calibre y si funcionan correctamente.
• Si llevan esmalte de uñas hay que retirarlo porque puede artefactar la pulsioximetría.

Antes de entrar a quirófano

Una vez comprobado lo anteriormente descrito, prepararemos al paciente para su paso a quirófano:
• Colocamos un gorro para el pelo y retiraremos la ropa interior en caso de ser necesario y el camisón o pijama. Al paciente lo taparemos con una sábana.
• Colocación de electrodos. En ocasiones deberemos colocarlos en la espalda del paciente si el cableado interfiere con el campo quirúrgico.
• Añadiremos sistemas de alargaderas de vías o mayor número de llaves si durante la cirugía tenemos limitación de acceso a las mismas.
• En cirugía traumatológica es frecuente encontrar pacientes que lleven férulas, yesos o tracciones que deberemos retirar.
• Tomamos las constantes: tensión arterial, frecuencia cardiaca y saturación de oxígeno. Si las cifras están alteradas hay que avisar a anestesia.
• Se administran sueros templados. Esto ayuda a disminuir las pérdidas de calor por parte del paciente dentro de quirófano. En caso de que el paciente refiera frío o la temperatura ambiental se baja debemos colocar mantas.
• Poner gafas de oxígeno si es necesario dependiendo de la saturación del paciente o en caso de que se le administre sedación.
• En ocasiones y por indicación médica se administran dosis de antibióticos profilácticas, antieméticos, u otros tipos de medicación.
• En el campo quirúrgico: comprobaremos el lado a operar y si la zona está debidamente desinfectada y rasurada.

Comprobar la historia del paciente

En la historia del paciente comprobamos:
• Consentimientos informados de anestesia y de la intervención a realizar. El paciente debe estar debidamente informado de la intervención que se le va a realizar y de los riesgos que esta supone.
• Revisaremos la medicación administrada en planta, así como las últimas constantes y otras pruebas que hayan realizado antes de bajar al quirófano.

En ocasiones el antequirófano es escenario de la realización de bloqueos anestésicos de plexos nerviosos o la preparación y anestesia de la vía aérea difícil.
Los bloqueos de plexos nerviosos consisten en la inyección de un anestésico en la proximidad del nervio reponsable de la sensibilidad del territorio a operar. Se puede realizar con ayuda de un neuroestimulador o con la visualización directa mediante ecografía. El neuroestimulador es un aparato que se emite un estímulo eléctrico que facilitará al anestesista localizar el nervio gracias a la respuesta motora que se produce. Una vez encontrado se inyecta el anestésico. Suele tardar aproximadamente 20 minutos en hacer efecto completo dependiendo del anestésico que se haya usado.
Una vez que se ha preparado al paciente y se hayan comprobado que todo sea correcto se avisará al personal médico y el paciente será trasladado al quirófano para iniciar la intervención.
La acogida es por lo tanto un espacio donde se realizan actividades de importancia vital para que no fallen cosas esenciales en el quirófano.