Diagnóstico y tratamiento de la enuresis nocturna


Clara Gareta Alquézar, Santiago Ezquerro Sáenz y Mª Jesús Gil Sanz. Servicio Urología . Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza

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La enuresis se conoce como la incontinencia que tiene lugar durante el sueño. Los escapes nocturnos de orina deben producirse a una edad socialmente inaceptable. Se consideran los 5 años de edad el límite a partir del cuál se espera que el niño haya alcanzado completamente el control vesical.

La prevalencia de la enuresis guarda una relación muy directa con los criterios diagnósticos utilizados, pero podemos decir que este trastorno afecta en nuestro medio al 10- 13% de los niños de 6 años y al 6-8% de los de 10 años. Tiene una mayor repercusión sobre los varones.
Existen varios tipos:
• Primaria: se da en aquellos pacientes que nunca han tenido continencia durante al menos 6 meses seguidos.
• Secundaria: se da en pacientes que tenían previamente continencia, al menos durante 6 meses.
• Monosintomática: enuresis en un niño que no tiene ningún otro síntoma de vías urinarias bajas.
• Síndrome enurético: enuresis acompañada de otros síntomas del tracto urinario inferior.

Diagnóstico

Es precisa una correcta anamnesis recogiendo la información adecuada como:
1. Existencia de patología orgánica asociada: cuánto orina, cómo orina, si es capaz de retener la orina durante el día, si existen otros síntomas como disuria, polaquiuria…
2. Información sobre las características de la enuresis: número de episodios por noche, si es constante o irregular.
3. Existencia de factores desfavorecedores: antecedentes familiares de enuresis, existencia de conflictos familiares…
Además, hay que realizar un adecuado examen físico del paciente y obtener información sobre la actitud de los padres ante la enuresis.

Exámenes complementarios

Aunque son varios los trastornos orgánicos que pueden dar lugar a enuresis, no debemos olvidar que nos encontramos ante una situación eminentemente benigna, siendo muy infrecuente la enuresis de causa orgánica.
La gran mayoría de los niños enuréticos están sanos y cuando nos enfrentamos a una enuresis monosintomática de carácter primario no sería necesaria la práctica de ningún examen complementario.
En los casos de enuresis no monosintomática es necesario descartar patología orgánica como desencadenante de la enuresis, pero en la mayoría de las ocasiones lo haremos con la anamnesis y el examen físico. Los exámenes complementarios pueden limitarse a un análisis de orina (sedimento, y cultivo). No son imprescindibles la realización de una ecografía abdominal.

Tratamiento

No todos los pacientes con enuresis nocturna requieren tratamiento. Se puede ofrecer un tratamiento cuando el niño comienza a sentirse incómodo con sus síntomas lo cual estará relacionado con su edad y con la intensidad del cuadro. Sin embargo, antes de los 7 años no es previsible un porcentaje de respuesta al tratamiento que mejore la tasa de remisión espontánea de la enuresis.
Existen diferentes opciones de tratamiento:

NO FARMACOLÓGICAS:
• Intervenciones conductuales y físicas: Reeducación miccional.
Realizando micciones frecuentes, controlar el estreñimiento que pueda estar asociado, restricción de líquidos unas horas antes de acostarse. Psicoterapia.
• Alarmas de enuresis: PIPI-STOP, PIPI-CONTROL.
La alarma consiste en un detector de humedad, en contacto con el niño, y conectado a un dispositivo que emite una señal cuando es activado. Pretende despertar al niño en el momento del escape para que vaya aprendiendo a reconocer el vaciado inminente de la vejiga y se levante al baño..

FARMACOLÓGICAS:
Desmopresina, oxibutinina o imipramina.