El autismo


(1) Ana Guinea Hidalgo y (2) Raquel Calvo Ablanedo

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Para poder entender cómo se siente una persona con autismo, sería preciso que contásemos con la capacidad de ponernos en su lugar, percibiendo y entendiendo sus emociones o pensamientos y comprendiendo que estos pueden ser diferentes a los nuestros. Esta capacidad denominada empatía o un concepto más amplio como es la teoría de la mente, supone justamente la limitación fundamental en las personas que padecen este trastorno. Así, les resulta difícil entender que los demás tengan una visión del mundo (pensamientos, emociones o necesidades) diferente a la suya, para poder predecir la conducta de otras personas. Estas limitaciones se pueden además acompañar de dificultades en la comunicación verbal y no verbal, lo que les alejaría más si cabe, de las relaciones sociales normalizadas. También suele ser característico que posean un limitado y repetitivo patrón de intereses y conductas, normalmente solitarias.

Los signos varían en función de la gravedad. Aunque están presentes desde la primera infancia, en muchas ocasiones pueden pasar desapercibidos en los primeros meses o incluso en los primeros años de la vida. Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) frecuentemente permanecen sin identificar y diagnosticar hasta edades preescolares tardías. Aunque suele existir un intervalo de tiempo entre las primeras preocupaciones de los padres sobre su hijo y la edad en la que se hace el diagnóstico, actualmente sí es posible realizar precozmente el diagnóstico de un TEA. Para ello, es importante que los profesionales de la salud y la educación en la infancia conozcan algunas de las manifestaciones tempranas de estos trastornos, para poderlos identificar en su práctica cotidiana y aumentar la probabilidad de un diagnóstico precoz fiable.

Los recién nacidos suelen mostrar escasa intención comunicativa (por ejemplo no echan los brazos para que les aúpen, o miran poco o nada a los ojos o no suelen señalar); pueden presentar un retraso en el desarrollo del lenguaje o una interrupción del mismo.

Conforme avanza el tiempo se hacen evidentes otras limitaciones; por ejemplo tienen juegos excesivamente simples para su nivel de desarrollo y suelen optar por los juegos solitarios. La actividad imaginativa resulta afectada, por lo que la gran mayoría fallan en el juego simbólico propio de su edad. Su lenguaje puede ser limitado o resultar peculiar o poco comprensible al interlocutor, no llegando a conseguir las habilidades necesarias para llevar a cabo una conversación. También pueden centrarse en temas o intereses de manera incansable, sin sentir la necesidad de compartirlo con otros. Las conductas son en ocasiones, ritualistas y repetitivas y a menudo se da una gran resistencia al cambio y las variaciones insignificantes en el entorno pueden provocar un profundo malestar. Las relaciones con los compañeros les siguen costando y pueden aparecer los primeros problemas derivados de entender las situaciones o los comentarios de manera literal.

Evaluación cualitativa

A nivel académico pueden tener limitaciones en algunas materias y sin embargo destacar en otras; estas desarmonías evolutivas y disociaciones funcionales constituyen la norma más que la excepción.

Las limitaciones que provocan estas características pueden ser muchas, dependiendo del nivel de gravedad del cuadro. En algunas personas se da un aislamiento total a nivel social, otros se muestran pasivos en sus interacciones, con un escaso interés hacia los demás. En otros casos, pueden ser muy activos en establecer contactos sociales, pero lo hacen de una manera poco habitual o de forma unilateral, sin considerar plenamente las reacciones de los demás.

Además de todo ello, el trastorno autista puede asociarse con frecuencia a otros síntomas y cuadros como los episodios de ansiedad o depresión, la hiperactividad, los problemas atencionales, la baja tolerancia a la frustración y las alteraciones conductuales o respuestas emocionales desproporcionadas. La diversidad en las manifestaciones clínicas conlleva la necesidad de realizar un proceso muy cuidadoso de valoración, en el que se evalúen con claridad las diferentes áreas y competencias y que no se quede únicamente en puntuaciones, sino que incluya una estimación cualitativa de los puntos fuertes y débiles de la persona.

Pese a que el autismo se descubrió hace más de cincuenta años, el conocimiento especialmente de sus causas es aún muy limitado. Ya quedan muy lejos las antiguas teorías que planteaban que era un trastorno producto de las relaciones tempranas con los padres.

Actualmente se considera que el autismo viene dado por una afectación en el cerebro y que esta puede ser de origen genético. Los estudios de gemelos idénticos han encontrado que si uno de los gemelos es autista, la probabilidad de que el otro también lo sea es de un 60%. Por otra parte, los estudios de personas autistas han encontrado diferencias en algunas regiones del cerebro, incluyendo el cerebelo, la amígdala, el hipocampo, entre otras. Parece que las alteraciones cerebrales en el autismo no se reducen a una sola área cerebral, sino que envuelven a distintas estructuras dentro de una red neuronal globalmente afectada. Estas diferencias sugieren que el autismo podría resultar de un desarrollo atípico del cerebro durante el crecimiento fetal.

No existe por ahora un tratamiento que cure el autismo, sino que la intervención está dirigida a paliar y entrenar las dificultades presentes. En la actualidad el tratamiento de elección está basado en el análisis conductual, puesto que estudios científicos han demostrado su utilidad para elevar el nivel de funcionamiento. Se cree que un inicio temprano de la terapia y la intensidad de la misma mejora las probabilidades de aumentar el nivel de funcionamiento; es por ello, que el diagnóstico precoz resulta tan importante. Además se debe tomar el ámbito académico como vehiculo para el tratamiento, por lo que sería preciso crear programas educativos adaptados a las necesidades individuales de cada persona con autismo y utilizar el espacio escolar como fuente de entrenamiento social.