Embarazada en verano


María Lorente Cisneros . Enfermera de C.A.M. (Centro de Atención a la Mujer)

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Todos esperamos ansiosos esta época de vacaciones para poder descansar y disfrutar del buen tiempo. Estar embarazada no significa que debas privarte de ello.

El verano es una época en la que es importante que las mujeres embarazadas se cuiden todavía más, ya que el calor puede modificar o acentuar la sintomatología propia de la gestación.

Consejos o recomendaciones para la embarazada en verano

  • Viaje: Es aconsejable evitar viajes largos, no desplazarse a más de 500 km en coche o autobús. Si el viaje es en coche una buena pauta es no viajar más de cinco o seis horas seguidas en el día. Es importante parar cada dos horas y dar un pequeño paseo o hacer un descanso de diez minutos y continuar. Si el viaje es en avión, no olvides hacer gimnasia moviendo los pies y flexionando las rodillas, aun estando sentada, durante unos cinco o diez minutos por cada hora de vuelo.
  • Destino: El lugar donde te hospedarás deberá contar con todas las medidas higiénicas necesarias. Además entérate de las facilidades con las que cuenta; servicio médico, proximidad de centro sanitario o farmacia, donde puedas acudir en caso de necesidad. Evitar veranear en localidades aisladas.
  • Hidratación: Debes ingerir mucha más cantidad de líquidos para hidratar el cuerpo y evitar la retención de líquidos. Beber con frecuencia, incluso antes de sentir sed, favorece la eliminación de toxinas del organismo y previene los edemas, además de aliviar el calor. Se recomienda consumir al menos dos litros de agua diarios. Los helados, proporcionan una gran cantidad de calorías por lo que deberás procurar no excederte en su consumo. Suelen tomarse para aliviar la sed aunque hacen desaparecer esta sensación en un primer momento, luego provocan más sed todavía por su alto contenido en azúcar.
  • Alimentación: Para comenzar el día un desayuno completo es esencial. Debe incluir cereales, lácteos y fruta fresca. En la dieta de una embarazada no debe faltar ni la calidad ni la variedad de alimentos. Por tanto deberán estar presentes cereales, frutas, verduras, pescado (fundamentalmente azul), carnes, huevos y lácteos. Con la llegada del calor, lo ideal es optar por platos fríos, como las ensaladas de legumbres, verduras, gazpachos y frutas variadas. Evitar las comidas copiosas así la digestión será menos pesada y si se come fuera no olvidar las precauciones a la hora de elegir el menú. Disminuir ligeramente la sal en las comidas, pues ésta retine líquidos.
    La fruta fresca es un gran aliado en la dieta. Además de ser refrescante e hidratante por su alto contenido en agua, las frutas aportan vitaminas y minerales esenciales. La mayoría de las frutas de estación como las cerezas, las fresas, el melocotón, el melón, la sandía, etc. quitan la sed y reponen sales minerales que el cuerpo elimina a través del sudor. El aporte de vitamina C de las frutas contribuye a una mejor absorción del hierro de los alimentos y al ser ricas en fibra ayudan a combatir el estreñimiento. Puedes consumir las piezas enteras o bien consumirlas en ensaladas, batidos, gazpachos, helados, granizados o zumos.
  • Piel: Durante la gestación, la piel es más sensible a los efectos de los rayos solares, debido a los cambios hormonales, vasculares y metabólicos. Por tanto, se requiere de mayor cuidado y precaución de lo habitual para prevenir la aparición de irritación, eczemas, alergias, sequedad y manchas. Pueden aparecer manchas color café oscuras en el rostro, frente, mejillas, nariz y sobre el labio superior. Estas manchas en la piel propias del embarazo se denominan cloasma gravídico o melasma y se acentúan a medida que pasan los meses, por efecto de los niveles hormonales que son más elevados. Ello produce un exceso de producción de melanina, que es la sustancia que le da el color a la piel. Generalmente estas manchas desaparecen en un plazo no mayor a los 18 meses, aunque es importante prevenirlas cuidando la piel de la embarazada y manteniendo alejado el sol.
    Tomar el sol con moderación, en horarios que no sean dañinos evitando los rayos solares en horas centrales del día; entre las diez de la mañana y las cinco de la tarde y utilizando cremas solares de alta protección adecuada a tu tipo de piel incluso aunque estés a la sombra.
    Se recomienda usar bloqueador solar del factor 25 FPS hacia arriba, ya que así protege de RUV A, que son los que provocan daño mutagénico a la célula, y RUV B, que son los que dañan la piel quemándola y enrojeciéndola.
    Aplicar el protector solar antes de salir de casa. Si esperas a llegar a la playa o piscina para hacerlo, tu piel tardará algún tiempo en absorber la crema y sus agentes protectores por lo que durante los primeros minutos de exposición tu piel se verá afectada por el sol como si no te hubieses echado prácticamente nada.
    No es aconsejable utilizar aceites, geles o cremas bronceadoras, pues suelen atraer los rayos del sol ejerciendo un efecto de “lente” sobre la piel.
  • Ropa: Las sombrillas, los sombreros y gorras serán tus mejores aliados durante estos días de calor. Debes usar ropa fresca, de tejidos naturales, que no se adhieran al cuerpo. Los tejidos naturales, como el algodón, la seda o el lino, permiten que traspire mejor la piel y alivian la sensación de calor. Es mejor llevar ropa holgada y de colores claros ya que absorben menos la radiación solar.
    Evita aquellas prendas que te opriman y dificultan tus movimientos.
    En cuanto al calzado, las sandalias son una opción ideal, ya que no comprimen el pie. El calzado deberá ser ni demasiado bajo ni demasiado alto para evitar dolor de espalda y en las piernas.
  • Ejercicio: Los ejercicios suaves son muy beneficiosos durante el embarazo para mantenerse en forma y cargarse de energía. Las caminatas, el yoga y la natación son prácticas ideales en esta época del año.
    La natación en verano es un deporte muy saludable ya que fortalece la musculatura, proporciona elasticidad a las articulaciones, no se realizan movimientos bruscos y además, refresca. Aprovecha el agua fría de la piscina para aliviar las piernas cansadas y para hacer ejercicios en el agua. Sólo hay que evitar los baños en el último mes.
    Los paseos también son muy recomendables, intentar aprovechar la primera hora de la mañana o la última de la tarde, evitando las horas de más calor.
    La gimnasia suave y el yoga te permitirán aprender pequeñas técnicas de relajación y respiración que te serán muy útiles más adelante. Además, es una disciplina que puede resultar muy valiosa para controlar tu ansiedad y ayudarte a conocer tu propio cuerpo.
  • Descanso: Las vacaciones deben vivirse como un momento de relajación. El descanso debe ser una prioridad en la vida de la embarazada. El calor acentúa la sensación de fatiga, así que es momento de relajarse, mimarse y cuidarse. Duerme mientras puedas, pon las piernas en alto y disfruta de esta bella experiencia con tu pareja y familia.