Estrés relacionado con el trabajo


Gobierno de Navarra

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En nuestra vida cotidiana, el término “estrés” lo utilizamos sin excesivo rigor. A veces, lo usamos para referirnos a las situaciones que nos provocan cierto malestar (estresores), otras veces, para hablar de las reacciones que presentamos ante esas situaciones desagradables (tensión, disminución de la sensación de control, nerviosismo…) y, otras veces, al señalar las consecuencias de esas reacciones.

Según indica la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, es importante reservar el concepto de estrés para cuando queramos hablar exclusivamente de las reacciones de una persona ante factores o situaciones de riesgo o estresores. Éstas pueden darse en el trabajo, en el ámbito extralaboral (familia, amigos…) o en ambos.

Este artículo trata del estrés relacionado con el trabajo, que es el causado o agravado por el trabajo. Es el segundo problema de salud laboral más frecuente en toda Europa, después de los trastornos músculo-.esqueléticos. En España, según los datos de la VI Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo (2007), un 6,3 % de los trabajadores considera el estrés como la segunda de las dolencias más frecuentes relacionadas con su trabajo, por detrás de los problemas musculares. En Navarra, un 11,6% de los trabajadores consultados afirma presentar síntomas compatibles con estrés (II Encuesta Navarra de Salud y Condiciones de Trabajo, 2006).

El estrés relacionado con el trabajo sucede cuando las exigencias del trabajo superan la capacidad del trabajador para hacerles frente o para tenerlos bajo control. La Comisión Europea (1999) lo define como “el conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento a ciertos aspectos adversos o nocivos del contenido, la organización o el entorno de trabajo…”.

Esta definición del estrés centra la atención en las causas relacionadas con el trabajo y en las medidas de control necesarias, que es lo que más interesa desde la perspectiva de la prevención de riesgos laborales y la protección de la salud de los trabajadores.

Causas

Las diez principales causas del estrés relacionado con el trabajo que han sido identificadas recientemente por el Observatorio Europeo de Riesgos (2007) son las siguientes:

  • Contratos precarios en el contexto de un mercado de trabajo inestable (baja remuneración y baja calidad, con pocas oportunidades de formación y de carrera profesional).
  • Aumento de la vulnerabilidad de los trabajadores en el contexto de la globalización.
  • Nuevas formas de contratación temporal.
  • Sensación de inseguridad en el puesto de trabajo.
  • Envejecimiento de la población activa.
  • Jornadas de trabajo prolongadas.
  • Intensificación del trabajo (plazos estrictos y ritmo intenso).
  • Producción ajustada y subcontratación.
  • Excesiva exigencia emocional en el trabajo (violencia y acoso laboral).
  • Desequilibrio entre vida laboral y personal.

Efectos

El estrés en sí mismo no es una enfermedad, pero si se sufre de forma intensa y continuada puede provocar alteraciones y enfermedades. Puede tener efectos perjudiciales sobre la calidad de vida y de trabajo: puede influir en el bienestar general, en las relaciones sociales y en la vida familiar del trabajador, o puede ser la causa del absentismo laboral, la jubilación anticipada y de un descenso en la productividad y en la calidad de los servicios y productos de las empresas. Además, el estrés crónico puede incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, problemas gastrointestinales, trastornos músculo-esqueléticos y depresiones. También, debilita el sistema inmunológico y, en consecuencia, nuestra resistencia a las enfermedades.

Prevención

La forma más efectiva de combatir el estrés consiste en eliminar sus causas: modificar la organización del trabajo, mejorar los sistemas de comunicación, rediseñar los puestos de trabajo, permitir una mayor participación en la toma de decisiones, reducir la eventualidad de los trabajadores, prevenir las situaciones de violencia y acoso laboral, etc.

También pueden contemplarse, en un segundo plano, medidas individuales para abordar el estrés de los trabajadores que ya estén afectados.

En todo caso, las medidas preventivas variarán en cada empresa en función de las causas específicas detectadas en un diagnóstico previo o evaluación de riesgos psicosociales que debe realizar el empresario con la colaboración de los trabajadores.