Exposición al frío


Iñaki Santiago

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Las bajas temperaturas pueden afectarnos de diversas formas por lo que se debe conocer las situaciones que nos avisan de que se está produciendo una lesión.

¿Cómo nos afecta el frío?

Por exposición a bajas temperaturas (ambiente frío, inmersión en aguas frías…); por enfermedades que disminuyen la producción de calor (hipotiroidismo, Parkinson…); por lesiones del centro que regula la temperatura corporal, el hipotálamo (traumatismos, tumores…) o por sustancias que disminuyen la resistencia al frío (alcohol, medicamentos, drogas…).

¿Qué produce la exposición al frío?

Puede provocar hipotermia, la temperatura corporal baja de 35º C y se caracteriza por sensación de frío, letargia, piel fría y confusión, junto con temblores intensos, que son contracciones musculares involuntarias para mantener el calor. Por debajo de 32º C desaparecen los temblores, surgen complicaciones cardíacas graves y se agrava la situación neurológica. Y por debajo de 27º C la situación es prácticamente incompatible con la vida. También, el frío produce lesiones localizadas, asociadas o no a la hipotermia, como:

  • Eritema pernio o sabañón, que suele afectar a nariz, orejas, manos y pies. Se caracteriza por la inflamación y enrojecimiento de la piel con picor y dolor intensos. Se curan de forma espontánea y sin dejar secuelas.
  • Fenómeno de Raynaud, caracterizado por palidez intensa de los dedos de la mano por falta de riego sanguíneo, seguido de coloración azulada y posterior enrojecimiento, con dolor más o menos intenso. Suele durar de 10 a 15 minutos, se cura espontáneamente y sin dejar secuelas. Se desconoce su causa.
  • “Pie de trinchera”, descrito en soldados en la 1ª guerra mundial. El pie está negro, pero no congelado, por la coagulación de la sangre en venas. Se produce por exposición prolongada en sitios húmedos y fríos, pero por encima del punto de congelación (4º C).
  • Lesiones por congelación, debidas a la formación de cristales de hielo en las células. Afectan más a zonas expuestas y se producen en ambientes con temperaturas de congelación (menos de 0-4º C). Hay cuatro grados de gravedad: 1º grado: la piel está inflamada y enrojecida, con dolor. 2º grado: hay enrojecimiento y ampollas, con dolor. 3º grado: la piel está necrosada (muerta) y negruzca. Sin dolor. 4º grado: la necrosis afecta a piel, músculos y huesos.

¿Cómo prevenir estas lesiones?

Evitando bajas temperaturas con ropa adecuada, sobre todo en niños pequeños y ancianos, ya que su poder de termorregulación es limitado. Además, al reconocer las lesiones en su comienzo (temblor, enrojecimiento de la piel…), debemos buscar ambientes cálidos para evitar su progresión y agravamiento.

¿Qué tratamiento debemos aplicar?

  • Hipotermia: calentamiento externo progresivo con mantas y baños tibios. Quitar la ropa húmeda y dar líquidos calientes. Si creemos que son hipotermias más graves, deberá ser atendido por el médico.
  • Sabañones y el fenómeno de Raynaud: no tiene tratamiento, la prevención es esencial.
  • Lesiones por congelación: el tratamiento es médico. Pero, hasta que la atención llegue, se apartará a la persona del frío y se calentarán las lesiones suave y progresivamente. No se debe frotar las lesiones con nieve, ni poner fuentes de calor sobre la piel. Finalmente, recordar que alguien con lesiones por congelación puede tener hipotermia.