Fortalecimiento del suelo pélvico durante el embarazo


Iranzu Zudaire Fernández . DUE Complejo Hospitalario de Navarra A

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A lo largo de las distintas etapas de la vida de una mujer, se pueden producir episodios de incontinencia urinaria de esfuerzo. Al final del embarazo y en el postparto es una de las etapas donde más frecuentemente se produce. Para ello, la práctica de los ejercicios de Kegel varias veces al día, ayuda a prevenir el debilitamiento y fortalecer los músculos del suelo pélvico.

La incontinencia urinaria de esfuerzo es la perdida involuntaria de orina en circunstancias en que aumenta la presión abdominal.

Se produce sea cual sea el nivel de llenado de la vejiga, pero más frecuentemente cuando la vejiga está llena. En la mayoría de los casos se debe a una falta de fuerza muscular por parte de los músculos de sujeción como el esfínter de la uretra.

Cuando más frecuentemente ocurre es en la etapa final del embarazo y durante la semanas postparto. Este proceso suele desaparecer pronto, pero puede permanecer o bien reaparecer cuando llega la menopausia, que es cuando se pierde fuerza muscular debido al cambio hormonal.

Algunas mujeres también pueden verse afectadas por su estilo de vida: deportistas que han practicado intensamente numerosos deportes (saltos, carreras ), personas afectadas de bronquitis crónica que presenten tos, multíparas, obesas y personas con estreñimiento crónico.

Objetivos de los ejercicios

1. Prevenir el debilitamiento y fortalecer los músculos del suelo pélvico.

2. Recuperación de la vagina después del parto y del tono muscular.

Anatomía de la pelvis

La pelvis es la parte del cuerpo que se encuentra entre los huesos de la cadera. El límite inferior de la pelvis es la parte que se encuentra entre las piernas y está formada por varias capas de músculos elásticos que se adhieren a la parte anterior, posterior y lateral de hueso pélvico y sirven de sostén y apoyo a varios órganos.

La función de estos músculos es contener órganos como útero, vejiga o el intestino dentro de la pelvis. Se encuentra atravesado por los conductos de salida al exterior de estos órganos, como son la vagina, la uretra y el recto.

Identificación de estos músculos

Antes de comenzar a practicar los ejercicios, se deben identificar correctamente los músculos que necesitan ejercitarse.

Existe numeroso personal sanitario especializado como médicos, enfermeras y fisioterapeutas que ayudaran al paciente a asegurarse de que está realizando los ejercicios correctamente.

La manera más sencilla de reconocer el músculo perineal es deteniendo la micción a intervalos. Si se puede hacer, aunque sea parcialmente, se habrán localizado los músculos que se deberán ejercitar para los ejercicios de Kegel. Hay que sentarse con las piernas abiertas e intentar detener la orina y volver a dejarla fluir si mover las piernas. Si se consigue hacer sin esfuerzo, es que se tienen unos músculos pélvicos fuertes. Esta prueba consiste únicamente para reconocer los músculos. No debe realizarse habitualmente como un ejercicio mas, ya que podría causar una infección de orina.

Otra forma de identificación consiste en insertar un dedo limpio en la vagina e intentar apretarlo. Si se nota algún movimiento muscular es que el músculo ha sido reconocido. A medida que la musculatura esté más tonificada, se notará que se aprieta más.

Pueden realizarse en cualquier postura, sentada, de pie o tumbada. Cuando la paciente está segura de que se están contrayendo los músculos apropiados se pueden realizar los ejercicios en cualquier posición.

Técnica

Hay varias maneras de realizar los ejercicios de Kegel, pero todas se basan en contraer y relajar el músculo pubococcigeo (también conocido como músculos del suelo pélvico) repetidas ocasiones.

El ejercitar estos músculos durante tres veces al día puede suponer una gran diferencia en el control de la vejiga.

Estos ejercicios se deben practicar de forma constante y regular diariamente. El objetivo es conseguir realizarlos sin que se noten. Cuando se empiezan a realizar, pueden parecer incómodos y raros, pero pronto se pueden llevar a cabo sin que los demás se den cuenta.

Se puede empezar a notar mejoría en unas 5 o 6 semanas y con dedicación diaria, los músculos del suelo pélvico adquirirán el tono ideal en 4 o 6 meses.

Beneficios de los ejercicios

Fortalecer los músculos del suelo pélvico te ayudara a:

  • Eliminar o evitar la incontinencia agravada por el peso del bebe sobre tu vejiga durante el embarazo.
  • Facilitar el parto al producirse menos desgarros.

Incrementar la circulación sanguínea en la zona rectal, ayudándote a curar más rápidamente un desgarro o episiotomía y reducir la posibilidad de hemorroides.

Evitar el prolapso (salida del sitio) del útero, vejiga y otros órganos de la zona, después de tener al bebe.

Volver a las actividades normales después del parto sin temor a la incontinencia cuando se produce la risa, tos, estornudos o saltos.

Incrementar el placer sexual. Los ejercicios de Kegel son esenciales para tonificar los músculos vaginales y volver a una vida sexual normal tras el parto.

Conclusiones

1.- La información y el reconocimiento de la musculatura del suelo pélvico representan una fase esencial de esta reeducación.

2.- Para llevar a cabo una adecuada reeducación, en necesario acudir a un Centro especializado donde se enseñaran unas pautas para realizar los ejercicios de forma adecuada.

3.- La experiencia ha demostrado que los ejercicios de Kegel son útiles en diversas situaciones. De no ser así, no tendrían la importancia que actualmente se les atribuye y que son la base de la rehabilitación del suelo pélvico área en la que están interesados y desarrollan su actividad un gran número de profesionales sanitarios.

4.- Nunca es tarde para comenzar a realizar los ejercicios de Kegel. Son sencillos, inocuos y de eficacia probada. Si no se tienen perdidas de orina, ayudaran a prevenir su aparición y si ya existen, en algunos casos podrá mejorarlas.

5.- Estos ejercicios ayudan a las mujeres embarazadas a soportar mejor el aumento de peso y presión por el crecimiento del bebe.

Si los músculos están en buen estado antes del parto, estos músculos tendrán menos tendencia a los desgarros, y la recuperación postparto de la musculatura será más rápida.