La falta de deseo sexual en la mujer (II). Las fantasías sexuales femeninas


José Luis García

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En el artículo anterior hablábamos del deseo sexual inhibido como una disfunción sexual muy frecuente en la mujer y señalábamos su complejidad. Hoy queremos presentar algunas cuestiones generales sobre su abordaje terapéutico y el papel de las fantasías sexuales.

Terapia sexual individual y de pareja

Cuando una mujer acude a nuestra consulta, sola o con su pareja, se hace preciso entre otros aspectos llegar a un consenso sobre el diagnostico. Para ello es imprescindible, a nuestro juicio, un análisis exhaustivo de la calidad de la relación en pareja, previa a la terapia sexual, considerando entre otros aspectos: la mejora en la comunicación, facilitar un entorno afectivo más adecuado, actitudes y conductas comprensivas y generosas, así como controlar determinadas presiones sexuales sean estas explicitas o no.
Dentro de la terapia sexual, hay una intervención individual y otra de pareja. En el primer caso se analizaran los recursos disponibles para potenciar el deseo, resensibilizar los diferentes sentidos, en ocasiones actualizar nuevas informaciones de carácter sexual a tenor de la edad por ejemplo, (valor del coito, estimulación del deseo, corresponsabilidad …)potenciar la imagen corporal positiva (alimentación, dietas, estética corporal…) redescubrimiento de la autoestimulación, potenciar capacidad cognitiva (control de pensamientos negativos, ansiedad anticipatoria, miedo a fracasar…etc.) y abordaje de las fantasías sexuales, entre otras intervenciones de interés.

Fantasía sexual y actividad sexual

Pues bien en lo que concierne a las fantasías sexuales, tenemos que señalar el papel extraordinariamente importante, que tienen en la actividad sexual. Es cierto que en los últimos 5 años se han puesto de moda con ocasión del calentón editorial de algunos libros al respecto. Nos ha sorprendido la generalización de las conversaciones de mujeres de todos los niveles socioeconómicos y culturales, sobre las fantasías sexuales. De ser cierto, nos parece un avance extraordinario en un tema tabú en el mundo femenino.
De hecho en Navarra hay algunas aportaciones interesantes sobre este tema, como por ejemplo un estudio que se ha hecho en nuestro servicio por parte de Amaia Kowasch, con diferentes fantasías sexuales escritas por pacientes atendidas en nuestra consulta.
Se acepta que la elaboración de fantasías es una habilidad cognitiva que permiten entre otras finalidades: “circunvalar” las tensiones e insatisfacciones de la vida cotidiana “creando” una especie de nube que nos aísla de las presiones y exigencias. En el caso de la naturaleza sexual tienen además un carácter de estimulación, de poner en marcha y activar el deseo y la excitación.
A menudo las fantasías son irrealizables, circunstancia esta que le confiere un morbo especial. Además de ser gratuitas y fáciles de elaborar, tienen el sello personal de cada cual, tanto los contenidos como su desarrollo pertenecen a la exclusiva esfera particular y por tanto vedado al resto de personas. Además no es un asunto de infidelidad y, por consiguiente, no tiene las consecuencias devastadoras si se descubre. Para nosotros lo relevante de las fantasías sexuales es que son extremadamente útiles para una vida sexual más placentera y saludable.

Recurso para el deseo sexual

Desde nuestra experiencia profesional podemos afirmar que las fantasías sexuales son un recurso de extraordinaria importancia para estimular, explorar, incentivar y alimentar el deseo sexual tanto en hombres como mujeres, lo que redunda en una vivencia sexual más divertida y gratificante. Las fantasías serian algo así como la gasolina del motor del deseo. Por tanto todo aquello que las mujeres, y sus parejas, hagan en esta dirección redundará en unas relaciones sexuales de mayor calidad.
En algunos estudios se ha puesto de relieve diferencias entre hombres y mujeres en lo concerniente, por ejemplo, a las reacciones a pensamientos y fantasías sexuales, así como a la aceptación de las mismas,. Los hombres parecen tener una mayor habilidad para fantasear porque, muy probablemente, dedican mucho más tiempo a desarrollar esa capacidad. Los contenidos de las fantasías también parecen presentar diferencias importantes, siendo las que tienen un carácter de sumisión y sometimiento femenino las que más controversia generan. En cualquier caso una de las características de las fantasías es su extraordinaria plasticidad y diversidad. Incluso sabemos que los días de la ovulación femenina parecen ser más proclives a fantasear.
Respecto del “guión” de las fantasías, si bien hay numerosas aportaciones al respecto, suelen destacarse algunos de los contenidos que más a menudo utilizan los hombres: relaciones con más de una mujer, situaciones de dominación-rol activo y prácticas sexuales novedosas. En lo que concierne a la mujer serían: sexo lesbico, encuentro con desconocidos, situaciones de sumisión-dependencia o ser observada por otros mientras hace el amor salvajemente, provocando descaradamente a los mirones. Igualmente suele señalarse que los hombres tienden a interesarse más por imágenes explicitas del coito y las mujeres por la trama de la fantasía (relaciones afectivas, olores, textura de las ropas, por poner algunos ejemplos más frecuentes).
Algunas mujeres rompen en sus fantasías el corsé estrecho de pasividad que el rol cultural les ha otorgado durante siglos. En su imaginación se transforman en protagonistas del guión que ellas mismas pueden elegir libremente, sin dar explicaciones a nadie, haciendo el amor con quien le place, muy a menudo con hombres mas jóvenes, sin tener nada que justificar. Con uno o dos amantes simultáneamente, siendo sumisas o dominantes, pidiendo que las aten o atar al otro/a,
En cualquier caso y con una finalidad preventiva y de promoción de la salud, nos gustaría sugerir la necesidad de que los que los/as propios pacientes se atrevan a preguntar cualquier cosa relacionada con su vida sexual y afectiva al personal sanitario que les atienden. Porque estamos hablando de salud sexual y por tanto de salud. Y en todo caso si en algunas ocasiones fantasean con otras personas no hay que preocuparse, es normal: forma parte de una vida sexual activa, placentera y saludable.