La Marcha Nórdica


Iván García Enériz. Enfermero Hospital Reina Sofía de Tudela. Lorena Ibarz Coronas. Fisioterapeuta Hospital Reina Sofía de Tudela. Carlos Ibarz Ibarz. Instructor nivel 1 FENWA

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Los orígenes de la marcha nórdica debemos buscarlos en Finlandia en los años 30. Surge con la finalidad de mantener el estado de forma físico de los esquiadores de fondo fuera de la época esquí. Sin embargo, no es hasta 1996 cuando a raíz de unos estudios que descubren los beneficios para la salud y la prevención de determinados dolores, se comienza una rápida difusión de la técnica.

La marcha o caminata nórdica es un concepto de movimiento que consiste en optimizar el movimiento natural del andar, implicando la parte superior del cuerpo en el mismo, consiguiendo de esta forma, una mejora de la fuerza muscular, la coordinación, la movilidad y del sistema cardiovascular. Se estima que es posible activar hasta el 90% de los músculos del cuerpo. Su principal característica es el empleo de unos bastones diseñados específicamente para esta actividad y los cuales deben adaptarse específicamente a las características de cada persona.
Una de sus principales ventajas es que puede ser practicada tanto por personas deportistas como aquellas que nunca han practicado deporte, personas mayores, con sobrepeso, problemas de espalda, osteoporosis, enfermedades crónicas… Es beneficioso para cualquier persona que quiera mejorar su salud o su forma física.

Bastones

Fabricados con materiales ligeros y equipados con un sistema de enganche para la muñeca denominado “dragonera”. Ésta permite la prolongación del brazo hacia el bastón procurando una óptima transferencia de fuerza hacia la punta del mismo. La punta metálica puede llevar acoplada un taco de goma con la finalidad de absorber golpes, evitar resbalones y disminuir el ruido en el asfalto

Tipos de técnicas

Existen numerosas técnicas con diferentes métodos de enseñanza. Entre ellas destacamos la técnica ALFA-247.
Los cuatro ingredientes principales para su correcta aplicación son:
1. Andar derecho. Hay que buscar la posición erguida del cuerpo
2. Brazos Largos. Se trata de conseguir un balanceo de los brazos extendidos para mover el bastón lo más ampliamente posible.
3. Formar un triángulo con el bastón y el suelo. Se consigue llevando los bastones planos y adecuando su longitud a cada persona.
4. Adecuar el paso. Las tres características anteriores determinan la longitud adecuada del mismo.

Beneficios

Diferentes estudios desarrollados por investigadores científicos a nivel internacional, demuestran los efectos beneficiosos para la salud derivados de la práctica de esta actividad física:
• La sobrecarga sobre las articulaciones es mucho menor que en el running.
• Trabaja el 90% de la musculatura del cuerpo.
• Aumenta el suministro de oxígeno.
• Relaja las tensiones musculares de la nuca y las cervicales.
• Reduce el stress.
• Optimiza el trabajo del corazón.
• Refuerza el sistema inmunológico.
• Incrementa el consumo de calorías respecto a la marcha tradicional favoreciendo la pérdida de peso.
• Mejora la resistencia aeróbica, la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones, la coordinación y la postura.
• Tonifica y fortalece los músculos.
• Ayuda a controlar la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos.

Ninguna actividad física está exenta de riesgos. Para conseguir una práctica segura y beneficiosa que aporte una mejora del estado de salud, es necesario aprender una correcta técnica de base y realizar los movimientos de forma adecuada, evitando posibles lesiones por sobrecarga o práctica inapropiada. Se debe comenzar de forma gradual y adaptada al estado de forma y a las características de cada persona.

Conclusión

El objetivo global y final de la técnica es el bienestar general, físico y psíquico basado en la caminata y movimiento seguro, saludable, y bio-mecánicamente correcto.