La sexualidad en el paciente anciano


Dra. C. Rocío Sierra Labarta. Especialista en Urología. Hospital Reina Sofía de Tudela (Navarra). Dra. Cristina Soler González. Especialista en Psiquiatría. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza)

Print Friendly, PDF & Email
La sexualidad es un fenómeno sociocultural marcado por la calidad de las relaciones interpersonales, el contexto en que vivimos, y la influencia de las experiencias vividas.
En la sexualidad se contemplan 3 fines: la reproducción, la comunicación y el placer. Durante mucho tiempo la sexualidad se vinculó a la reproducción negándose el disfrute de la misma al anciano.

¿Cómo es la sexualidad en los ancianos?

Es importante evaluar el conocimiento que sobre sexualidad poseen los ancianos ya que su desconocimiento limita su capacidad de expresión y su libertad para comunicarse en este ámbito.
Muchas veces las manifestaciones sexuales de los ancianos son negadas, rechazadas o dificultadas por el resto de la sociedad, existiendo un gran desconocimiento sobre este tema y pensamos con frecuencia que los ancianos son sexualmente inactivos.
No existe una edad en la que el deseo y la necesidad sexual se acabe, pero en ocasiones los ancianos tienen culpabilidad o vergüenza por tener pensamientos sexuales.

¿Son frecuentes las relaciones sexuales en la vejez?

Las relaciones sexuales disminuyen con la edad tanto en hombres como en mujeres, siendo más marcada en las mujeres.
No obstante, pese a esta disminución de la frecuencia, los ancianos son capaces de disfrutar de sus relaciones y sentir placer al igual que otras personas de otras edades, ya que los sentimientos, los deseos y la actividad sexual, están presentes en todo nuestro ciclo vital.
El envejecimiento no lleva por sí mismo el cese de la actividad sexual, si no que esto ocurre por los problemas médicos, psicológicos o sociales que interfieren con su sexualidad.
Probablemente, cuando un anciano ha mantenido relaciones sexuales satisfactorias en su edad adulta, le afectarán menos los cambios asociados a su envejecimiento.

¿Qué cambios biológicos ocurren?

En el hombre la testosterona empieza a descender sobre los 50 años, presentando erecciones menos pronunciadas y más costosas. Se pierden las erecciones nocturnas involuntarias y la eyaculación se hace más retrasada y lenta.
En la mujer la vagina sufre cambios, se acorta, es menos elástica y la mucosa se vuelve más delgada y frágil, disminuyendo la capacidad de lubricación. Ello hace que las relaciones puedan ser más dolorosas, sangren, aumenten las infecciones vaginales, y sea más difícil llegar al orgasmo. Por otra parte para alunas mujeres la llegada de la menopausia puede ser vivida como una liberación en el sentido de la imposibilidad de un embarazo no deseado, lo que ha veces les hace vivir una sexualidad más intensa.

¿Qué enfermedades pueden afectar a su sexualidad?

Las enfermedades cardiovasculares, neurológicas, respiratorias, urológicas, metabólicas, osteoarticulares y psiquiátricas, así como determinados fármacos pueden afectar en mayor o en menor medida a su sexualidad.
Por otra parte, las enfermedades de transmisión sexual en cuanto a sus mecanismos de transmisión y prevención, siguen el mismo curso que a cualquier otra edad.

¿He de disfrutar mi sexualidad si soy anciano?

La sexualidad en la vejez debe vivirse igual que a cualquier otra edad, con comprensión y aceptación, integrando los cambios que ocurren en nuestro cuerpo a la actividad sexual de una forma positiva.
Así mismo la sociedad debe eliminar tabúes y debe dejar de pensar en los ancianos, como esos mayores que van a ver las obras, hacen punto, o cuentan batallitas de antaño, y empezar a verles como personas con interés sexual que tienen deseos y sufren al igual que los demás.
A esta edad la calidad de la relación está por encima de la frecuencia, siendo importante intentar una relación sexual coital satisfactoria, para lo que los médicos debemos ayudarles con sus tratamientos, generando una confianza que les permita hablar libremente de su sexualidad sin ser juzgados.