Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones aplicadas a la Salud


Luis Serrano

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El vertiginoso desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) experimentado en las dos últimas décadas ha supuesto un profundo cambio para la sociedad actual convirtiéndola en más dinámica y más globalizada, afrontando retos cada día más espectaculares. Este cambio ha sido asumido por los ciudadanos en sus puestos de trabajo, en sus relaciones personales y sociales, en su educación, la cual, afortunadamente para todos ha mejorado, en la gestión de sus gastos y ahorros y en la relación con la administración local, autonómica y central. En definitiva, ha supuesto un cambio en el estilo de vida. Como no podía ser de otra forma, la Sanidad no vive de espaldas a esta revolución tecnológica y actualmente se está experimentando un gran interés en aplicar estas técnicas en todo el ámbito de la Salud de los ciudadanos.

Debemos partir de la base de que la ciudadanía tiene una buena percepción tanto de la calidad del Sistema Sanitario actual como del funcionamiento del mismo y así lo demuestran las últimas ediciones del barómetro Sanitario publicado por el Ministerio de Sanidad y Consumo. Con este trasfondo, podemos hacer un breve análisis de cómo estas TIC pueden mejorar e incluso revolucionar los procesos sanitarios actuales en aras de una universalización de la salud, una mejora de los diagnósticos y una mejor y precoz medicina preventiva. Para el éxito de este desafío es necesaria la participación de todos los «actores» involucrados: Profesionales de la Medicina, Ingenieros, Pacientes, Agentes Sanitarios y Dirigentes Políticos.

¿Es posible aplicar las TIC en la Sanidad para la mejora de su gestión, de la misma forma que se ha hecho en procesos industriales de relevancia como el Sector del Automóvil, la Distribución Alimentaria, la Construcción, etc.? Esta pregunta no tiene fácil respuesta por lo que nos limitaremos a dar unas pinceladas de cómo aspectos parciales de la Sanidad van mejorando o modificándose día a día por el uso de las TIC.

Si en una oficina bancaria se han cambiado los papeles por los ordenadores, los cuales son ubicuos, al igual que las sillas o las mesas de dicha oficina, para la mejora de la gestión de nuestro dinero y la centralización de los datos ¿No será posible hacer lo mismo en la Sanidad? Obviamente la respuesta es que sí, y afortunadamente así se ha hecho o se está haciendo. Yo soy capaz desde mi casa de controlar mi cuenta bancaria y mover los fondos sin mayor problema ¿No sería posible hacer lo mismo en la Sanidad? Es decir, ¿podría consultar mis datos sanitarios desde casa por Internet o desde cualquier lugar que yo considere oportuno? Sea este nuestro punto de partida.

La digitalización de datos sanitarios y por ende, el desarrollo de la Historia Clínica Electrónica es uno de los grandes desafíos de la Sanidad actual en nuestro país. Esto no significa que no exista, sino todo lo contrario. Actualmente, se dispone de dicha herramienta en Atención Primaria y en alguno de los Servicios de Atención Especializada pero… el reto debe ser la integración de toda la información en una única historia, la cual debería ser estándar e ínter-operable, de forma que los datos puedan ser consultados en cualquier lugar y en cualquier momento por personal autorizado.

Como es de imaginar para poder «alimentar» dicha historia es necesario que todos los datos de interés sanitario generados (léase Análisis, Electrocardiograma, Radiografías, TAC, Resonancias, etc) estén en el formato digital adecuado para poder ser almacenados en dicha Historia Clínica Electrónica. Aquí surge la idea de Hospital Digital, lo cual, más que el futuro, es ya un presente en algunas de nuestras Comunidades Autónomas. Lógicamente, no es factible pasar de la noche a la mañana a esta situación ideal, por lo que día a día, se va convergiendo a esta situación desde todos los Servicios Sanitarios de las Comunidades Autónomas. Desde Atención Primaria, en donde el médico introduce tanto los síntomas que el paciente le comenta durante la consulta, como los medicamentos recetados; pasando por los Servicios de Atención Especializada como, por ejemplo, Radiología, con la generación de imágenes digitales en vez de las clásicas «placas», u Oftalmología, con el uso de los Retinógrafos No Midríaticos para la revisión de Retinopatía Diabética, generando asimismo imágenes digitales; hasta el uso de herramientas informáticas para la mejora del diagnostico, o la implantación de prótesis basadas en nuevos materiales, etc. En definitiva, se almacena gran cantidad de información sanitaria en formato digital dentro y fuera de los hospitales, la cual, en vez de estar dispersa en «islas de información» y no accesible para el personal médico que la necesite, debería estar centralizada y debería ser utilizada para la investigación, como pilar básico en la mejora del Sistema Sanitario en general (prevención, atención, etc.).

Sumado a esta convergencia de centralización de datos médicos generados dentro y fuera de los hospitales, y basado en el éxito de Internet y de la telefonía móvil, surge con gran fuerza la aplicación de las TIC en el entorno personal, porque ofrecen la posibilidad de monitorizar señales biomédicas durante las tareas cotidianas del paciente sin tener que ir al hospital. También en el entorno domiciliario, donde se crea la oportunidad de que pacientes con características especiales como crónicos o recién operados de bajo riesgo puedan permanecer en sus hogares disponiendo de todas las atenciones médicas necesarias: Hospitalización a Domicilio. Además, en este caso merece la pena citar las posibilidades que ofrece la Telemedicina para la atención de pacientes en entorno rurales alejados de los Centros Sanitarios de Especialidades.

La digitalización de datos médicos no solo tiene por objetivo la centralización de los mismos, sino que sirve como medio para la aplicación de técnicas especiales sobre las señales y las imágenes para la mejora diagnóstica, la prevención de enfermedades, etc.

Como se puede comprobar por lo comentado anteriormente, se abre ante nosotros un gran abanico de posibilidades tecnológicas que deberían ir calando en nuestros Sistemas Sanitarios. Es obvio que la tecnología, por sí misma, está empujando su utilización en la Sanidad, incluso en casos no justificados ni por calidad de servicio, ni por coste. Somos nosotros, los pacientes, quienes deberíamos ser realmente los protagonistas de esta historia, demandando a nuestras Instituciones Sanitarias y Políticas una apuesta estratégica de inversión en TIC aplicadas a la Salud para la mejora de todos los aspectos de la Sanidad. Esta reivindicación debería realizarse de manera responsable siendo conscientes de las limitaciones presupuestarias actuales. Además, el paciente debe estar convencido de que el Personal Médico, tanto de Atención Primaria como Especializada, es su aliado en esta solicitud y no su rival, dado que los resultados de este desafío redundan en beneficio de todos.