Otitis media


Dr. Secundino Fernández

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La otitis media es la inflamación de los espacios del oído medio independientemente de cuál sea la patogenia. La otitis media, como cualquier otro proceso dinámico, se puede clasificar de acuerdo con la secuencia temporal de la enfermedad en aguda (duración de los síntomas entre 0 y 3 semanas), subaguda (de 3 a 12 semanas) y crónica (más de 12 semanas).

Asimismo, dependiendo de la evolución de la otitis media, ésta puede presentar una efusión de líquido (otitis media seromucosa) en el oído medio, que puede ser de tipo seroso (fluido, parecido al agua), mucoso (viscoso, parecido al moco) o purulento (pus).

¿Cuáles son sus causas?

La causa más importante de la otitis media es la disfunción tubárica o el mal funcionamiento de la trompa de Eustaquio, que es el conducto que comunica el oído medio con la rinofaringe. Otras posibles causas son la infección de la vía respiratoria alta, problemas alérgicos y trastornos de la función ciliar del epitelio respiratorio de la vía respiratoria alta. El deficiente funcionamiento de la trompa de Eustaquio muchas veces está relacionado con su obstrucción, que puede ser por motivos intrínsecos o extrínsecos. Habitualmente los motivos intrínsecos se deben a la inflamación de la mucosa de la trompa de Eustaquio por un problema infeccioso o alérgico. La obstrucción extrínseca, habitualmente de causa mecánica, es producida por una hipertrofia adenoidea (vegetaciones). Los gérmenes que se detectan con más frecuencia en la otitis media aguda, son el Streptococcus pneumoniae, el Haemophylus influenzae y con menor frecuencia la Moraxella catarralis, el Streptococcus del grupo A y el Staphylococcus aureus. Además de las bacterias, también juegan un papel muy importante en la patogenia de la otitis media aguda los virus, siendo los más frecuentemente implicados el virus respiratorio sincitial, el virus influenzae, el virus parainfluenzae, adenovirus, rinovirus y enterovirus.

¿Cuáles son los síntomas?

En la forma aguda de la enfermedad, otitis media aguda, la mayoría de los episodios (70- 80%) coinciden o están precedidos por una infección de la vía respiratoria alta. Lo síntomas suelen ser: dolor de oído (otalgia), fiebre, tos, rinitis, irritabilidad, llanto y rechazo de la alimentación. Con menos frecuencia se puede presentar otorrea (supuración), hipoacusia, vértigo y más raramente parálisis facial. Otros síntomas que se pueden presentar son: los vómitos, las molestias abdominales, y la diarrea. En niños la presencia o asociación de otorrea, otalgia, falta de descanso nocturno, y el gesto de llevarse la mano a la oreja está presente en el 71- 75 % de los casos de las otitis medias agudas. En la otitis media crónica con efusión, la pérdida de audición puede ser el único síntoma.

¿Quién puede padecerla?

La otitis media es una de las enfermedades más frecuentes de la infancia y una de las causas de pérdida de audición en los niños. Aproximadamente el 70 por ciento de los niños han tenido algún episodio de otitis media. La otitis media afecta a todos los grupos de edad, pero es más frecuente en el periodo de edad comprendido entre los 0 y los 7 años. A partir de esta edad la incidencia disminuye. Desde el punto de vista epidemiológico se han descrito distintos factores relacionados con una mayor incidencia de otitis media durante los meses de otoño e invierno. Asimismo, es más frecuente en los niños que acuden a centros escolares o que presentan alteraciones anatómicas en el área rinofaríngea, como el paladar hendido, o que padecen inmunodeficiencias congénitas adquiridas.

También se considera un factor de riesgo que incrementa la posibilidad de infección por neumococo el tratamiento con antibiótico en el mes previo a la consulta. Por otro lado, se ha observado que la incidencia es menor en aquellos niños que reciben lactancia materna.

¿Cómo se diagnostica?

La historia clínica cuidadosa y el examen y la exploración otoscópica habitualmente son suficientes para el diagnóstico de la otitis media en la mayoría de los casos. Es preciso realizar una exploración completa de cabeza y cuello para identificar factores que predispongan a padecer ese tipo de problema, tal como trastornos cráneo-faciales, obstrucción nasal, defectos de paladar o hipertrofia adenoidea. En pacientes con otitis media unilateral, es preciso examinar la rinofaringe. La exploración otoscópica es la exploración más importante para el diagnóstico de la otitis media. Asimismo, la realización de una otoscopia neumática puede ser esencial para precisar y determinar la movilidad de la membrana timpánica. Cuando existe una otitis media crónica con efusión pueden verse los niveles de aire y burbujas en el oído medio. La otitis media aguda generalmente se presenta con una membrana timpánica enrojecida, abombada, con escasa o nula movilidad. Cuando la membrana timpánica se perfora, conlleva habitualmente la aparición de otorrea (supuración).Otra exploración habitual que se realiza es la timpanometría, que ayuda en ocasiones a confirmar los hallazgos en la otoscopia u otoscopia neumática. Esta prueba permite objetivar el estado de la membrana timpánica y la movilidad de la cadena osicular. En ocasiones se realizará ante una otitis media aguda, una miringotomía o timpanocentesis (incisión en la membrana timpánica) para confirmar el diagnóstico y obtener material para cultivo y permitir además el drenaje del contenido purulento a presión en el oído medio. El examen audiométrico (audiometría) puede ser útil para confirmar y establecer el nivel de pérdida auditiva que conlleva sobre todo la otitis media crónica con efusión.

¿Cuál es el tratamiento?

La otitis media aguda es una infección que con un alto porcentaje de curación natural. El tratamiento habitual de otitis media aguda se realiza con antibióticos durante un periodo comprendido entre los cinco y los diez días, teniendo como referencia los gérmenes que habitualmente son los responsables de dichos procesos.

El criterio actual es que el tratamiento antibiótico debe de mantenerse por lo menos 5 días en los niños mayores de dos años con poca afectación del estado general y al menos 10 días en niños menores de dos años con afectación general moderada/severa o perforación timpánica. Se considera afectación del estado general la presencia de otalgia moderada o severa (irritabilidad, presencia del gesto de tocarse la oreja) y fiebre >39º (oral) ó 39,5º (rectal). Habitualmente, con el tratamiento antibiótico la sintomatología mejora significativamente en 48 horas. Sin embargo, si existe efusión en el oído medio ésta puede persistir durante varias semanas.

El antibiótico de primera elección será la amoxicilina y el de segunda elección la será la amoxicilina- clavulánico, si bien es aconsejable realizar previamente y siempre que sea posible el cultivo y antibiograma de una muestra representativa de las secreciones de la vía aérea superior o del oído medio. En el caso de alergia a la penicilina y derivados se utilizarán fármacos alternativos de primera línea como los macrólidos o el cotrimoxazol. Al tratamiento antibiótico en ocasiones se asocian descongestionantes nasales, analgésicos y mucolíticos. Cuando los episodios de otitis media aguda son muy frecuentes y se sospecha que exista fuentes de infección como una adenoiditis crónica, sinusitis crónica, inmadurez inmunológica, deben valorarse esos procesos y establecer un tratamiento lo más específico posible. En muchos casos, sobre todo en niños, en los que se presentan episodios repetidos de otitis media junto con síntomas de adenoiditis e hipertrofia adenoidea, se ha de realizar la extirpación del tejido adenoideo hipertrófico y la colocación de tubitos de drenaje transtimpánico previa realización de miringotomía y aspiración del líquido o efusión localizada en el oído medio.

¿Cuál es el pronóstico de esta enfermedad?

La otitis media es una enfermedad que afecta sobre todo al grupo de edad comprendido entre los 0 y 7 años. A partir de esta edad la incidencia diminuye de manera significativa. Los pacientes que presentan deformidades de paladar, alergias y otro tipo de anomalías cráneo- faciales tienen una mayor predisposición a padecerla y por tanto a sufrir las complicaciones de la misma. Con el tratamiento adecuado se evita la mayor parte de las secuelas que estos episodios pueden producir en las distintas estructuras del oído medio y evitar que en la vida adulta el paciente padezca una otitis media crónica con trastorno funcional del oído en mayor o menor grado. La colocación de tubos de drenaje no supone un tratamiento dirigido a corregir la causa que provoca las otitis pero mantiene el oído medio en unas condiciones favorables para evitar secuelas posteriores y permitir una buena audición. Durante el tiempo que están los tubos de drenaje ha de evitarse la entrada de agua en los oídos por el riesgo de infección que esto supone.

¿Cómo se puede prevenir?

Existen una serie de hecho demostrados que contribuyen, en mayor o menor medida, a favorecer la aparición de la otitis media aguda en los niños. Los antecedentes familiares de otitis media, la asistencia a guardería, la exposición al humo del tabaco y el uso del chupete incrementan el riesgo de otitis media. El hábito de fumar durante el embarazo disminuye la edad de debut de la otitis media aguda en los hijos y aumenta la posibilidad de padecer recurrencias.

El sexo masculino tiene una predisposición mayor a padecer otitis media aguda. La lactancia materna durante al menos tres meses previene la aparición de otitis media aguda. Diversos trabajos han demostrado que el uso de xilitol en forma de jarabes o chicles es eficaz para prevenir la aparición de otitis media aguda y disminuye la necesidad de prescripción de antibióticos aunque es preciso efectuar estudios clínicos adicionales para confirmar esos resultados.

La vacuna antigripal es útil en niños con otitis media recurrente que acuden a guardería ya que reduce la incidencia de otitis medias agudas. La vacuna antineumococica previene la aparición de otitis medias agudas producidas por el S. pneumoniae pero por el momento no se recomienda su uso de manera indiscriminada.