Pie caido


Jon Martí Ayerdi, Carlos Sanz García, José Carlos Irigoyen Chávez e Isabel Ayechu Díaz. MIR Cirugía Ortopédica y Traumatología Complejo Hospitalario de Navarra

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El pie caído es un trastorno que se caracteriza por la imposibilidad del paciente para levantar el pie. La causa más frecuente es debido a la compresión externa del nervio peroneo a la altura de la rodilla que se puede producir por estar con las piernas cruzadas, estar mucho rato de rodillas o por compresión por férulas.

Otras causas menos frecuentes son traumatismos, lesión medular, lesiones de las raíces nerviosas L4-L5, hernias discales, lesión del nervio ciático, tumoraciones…

Diagnóstico

Los síntomas pueden comenzar cuando te despiertas, tras un viaje de avión o un viaje largo en coche debido a una mala postura y compresión del nervio a la altura de la rodilla.
Es característico que no puedas levantar el tobillo ni los dedos del pie, pero puedas mover el pie en otras direcciones. Puede haber una pérdida de sensibilidad por la zona anterior de la pantorrilla y el dorso del pie pero menos intensa que la debilidad muscular.
A la exploración física es importante tocar el nervio a la altura del peroné y buscar alguna masa en la rodilla que pueda justificar la clínica.
Se pueden realizar radiografías o ecografía inicialmente para descartar alguna lesión o quiste que comprima el nervio. La electromiografía y los estudios de conducción nerviosa (miden la actividad eléctrica en los músculos y en los nervios), aunque incómodos, pueden ayudar a la localización del daño nervioso.

Tratamiento

Los nervios se recuperan aproximadamente a razón de 1 milímetro al día.
El tratamiento del pie caído depende de la causa que lo produce. Si se trata la causa puede llegar a revertirse, pero hay veces que no se puede, por lo que el pie caído puede permanecer así de forma permanente y el tratamiento sería sintomático o paliativo.
Entre las opciones de tratamiento se encuentran:
• Ortesis o férulas: existen en el mercado diferentes férulas que se ponen en el zapato y permiten tener el pie bien colocado ayudando al paciente a caminar y evitar que se tropiece.
• Rehabilitación y fisioterapia: ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de la musculatura que permita compensar los músculos que no funcionan correctamente. Realizar también ejercicios para no perder la movilidad del pie y tobillo.
• Cirugía: Según la causa, si el pie caído persiste hay que tratarla, por ejemplo: si hay una lesión tras un traumatismo se debería suturar el nervio o si existe una masa que comprima el nervio se quitaría la masa. En casos crónicos que no mejoran y persiste la limitación, siempre como último recurso, se podría plantear tratamiento quirúrgico para transferir tendones o dejar el tobillo fijo.

Resumen

La causa más frecuente es por lesión del nervio peroneo.
Muchas veces es por posiciones mantenidas que compriman el nervio, en ese caso hay que evitar dichas posiciones.
Los estudios neurofisiológicos son útiles para el diagnóstico diferencial.
El pie caído puede durar para siempre.
Independientemente de la causa es importante colocar una férula para poder caminar mejor y evitar caídas y realizar un tratamiento rehabilitador adecuado.