Pruebas de imagen para el diagnóstico del dolor lumbar


Ana Martínez González. F.E.A. Medicina Física y Rehabilitación. Hospital de Barbastro, Huesca. Javier Moreno Díaz. F.E.A. Medicina Interna. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza. Ana Lucía Figueredo Cacacho. Neumología. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza. José Andrés Guirola Ortíz. Radiología Intervencionista. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa

Print Friendly, PDF & Email
El dolor lumbar inespecífico se puede atribuir a alteraciones estructurales o sobrecarga funcional de los elementos que conforman la columna lumbar. A pesar de que estas alteraciones puedan estar implicadas en la génesis de una lumbalgia, no existe una correlación clara entre la clínica referida por el paciente y la alteración anatómica visualizada por las técnicas de imagen, radiología simple, TC o resonancia magnética.

Por otra parte, los hallazgos patológicos encontrados tras la realización de estas pruebas son tan frecuentes en los sujetos con lumbalgia como en los asintomáticos. Hay que tener en cuenta que no hay que solicitar de forma rutinaria pruebas de imagen puesto que no mejora la respuesta clínica. Además, contribuye a “etiquetar” a los pacientes, lo cual puede empeorar los resultados y aumentar el riesgo de cronicidad, les expone a radiaciones ionizantes innecesarias y aumenta los costes asociados. En consecuencia, las guías de práctica clínica sólo recomiendan realizar pruebas de imagen a aquellas lumbalgias en las que existan signos o síntomas de alerta clínica de compresión radicular o enfermedad sistémica.

Radiografía simple

La radiografía simple (RX) es el paso inicial en la valoración mediante pruebas de imagen de la columna lumbosacra, debido a su disponibilidad y rapidez.

La RX de columna puede ser muy útil en la lumbalgia con sospecha de patología grave, cuando en la anamnesis los pacientes presentan signos de alarma para detectar anomalías específicas (tumores, lesiones óseas blásticas o fracturas) que pueden relacionarse directamente con los síntomas y signos del paciente.
Las RX convencionales ofrecen buena resolución espacial y contraste de las estructuras óseas pero, por otra parte, definen mal las estructuras blandas. El bajo costo y su fácil disponibilidad hacen de la RX, la prueba de imagen más común de la columna. Es por ello, una prueba diagnóstica ampliamente utilizada en las consultas de atención primaria a pesar de que con frecuencia, no está indicada y tiene escasa validez diagnóstica en el dolor lumbar. Su solicitud tampoco está justificada si se busca la mejora del pronóstico y la disminución en la utilización de recursos. Con una alta frecuencia, los hallazgos radiológicos no tienen una correlación directa con la clínica referida por los pacientes. Este hecho va a suponer una perpetuación de la idea de “enfermedad” y por lo tanto de cronicidad ante hallazgos radiológicos casuales.
La presencia de cambios degenerativos en la columna lumbar se asocia con la edad y puede hallarse en personas sintomáticas y asintomáticas. Por ello, no se puede establecer que exista relación entre estos hallazgos y la presencia de síntomas.

Tomografía computerizada

La tomografía computerizada (TC) es una técnica muy útil para evaluar las anomalías anatómicas de la columna lumbosacra. Ofrece imágenes de diferentes cortes de las estructuras internas de la columna a diferentes niveles. Visualiza la configuración ósea, los tejidos blandos como los ligamentos, raíces nerviosas, protrusiones de los discos intervertebrales y los tejidos blandos paraespinales. La TC es un método diagnóstico de gran valor, si se interpreta junto con
los datos clínicos y exploración física del paciente. Tiene la ventaja de no ser un método invasivo. También es útil para el diagnóstico y valoración de los traumatismos agudos, ya que el paciente está en reposo durante su realización.
Igual que sucede con las radiografías simples, un alto porcentaje de imágenes patológicas de TC no se corresponden con la sintomatología del paciente, por eso es importante valorar los
resultados junto con los datos clínicos y exploración del paciente.
Resonancia magnética
La resonancia magnética (RM) es el método de elección para evaluar la morfología del disco intervertebral, con una sensibilidad entre el 60-100% y una especificidad entre el 43-97%. La baja especificidad puede atribuirse a la alta prevalencia de los cambios degenerativos (46-93%)
y protrusiones (20-80%) en adultos asintomáticos.
En la mayoría de los casos, es muy difícil correlacionar los hallazgos de la RM y los síntomas de los pacientes con dolor lumbar. Por otra parte, los hallazgos encontrados en la RM no predicen la aparición de síntomas, si bien, una vez que estos han aparecido pueden confirmar las sospechas diagnósticas.
Igual que ocurre con las pruebas de imagen anteriores, el realizar RM en los pacientes que no cumplan los criterios específicos podría tener un impacto psicológico negativo al ser etiquetados de una u otra lesión, dada la alta prevalencia de anormalidades encontradas incluso en sujetos sanos. La RM estaría indicada como “Gold-Estándar” en todos los casos de déficit neurológico constatado mediante exploración física o un dolor radicular intenso. Por el contrario, la RM no está indicada en el resto de los casos, ya que el 30 % de los pacientes sanos presentan protrusiones o hernias discales irrelevantes, y su detección casual en lumbalgias debido a otro motivo, puede inducir la prescripción inadecuada de la cirugía, lo que constituye el principal motivo del síndrome de fracaso quirúrgico(5).

Gammagrafía ósea

Las imágenes obtenidas mediante isótopos valoran la función y el metabolismo tisular de órganos mediante la liberación de cantidades muy pequeñas de material radiactivo. Estos estudios son mínimamente invasivos y no presentan alto riesgo, pero son costosos. En el paciente con dolor lumbar está indicada ante la sospecha de patología específica grave (neoplasia o infección vertebral) sugerida por la anamnesis, la exploración física o la analítica y la radiografía es normal o poco evidente.