¿Puede la columna cervical causar mareo?


Anaïs Navarro Alonso, Sara Bermejo Sandín, Mariola Sola Díaz. Fisioterapeutas Complejo Hospitalario de Navarra

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La columna cervical es una región formada por siete vértebras apiladas una sobre otra formando funcionalmente una estructura compleja en su conjunto y cuyas alteraciones pueden dar síntomas de lo más diversos tales como dolor, limitación de la movilidad, aumento del tono muscular, dolores de cabeza, trastornos de la orientación en el espacio o mareo entre otros.

¿Cómo se define el mareo?

Se trata de una sensación desagradable que sufre el individuo con respecto al medio que le rodea, que le provoca inseguridad, malestar o embotamiento, es decir, se trata de un trastorno en la representación de las relaciones entre nuestro cuerpo y nuestro espacio y de una pérdida de la orientación espacial.
El mareo en sí mismo, no es una enfermedad sino un síntoma, a veces indicativo del principio de otras disfunciones como pueden ser dolor, parálisis, sordera o procesos inflamatorios. Este síntoma, puede desencadenarse aisladamente, siendo una manifestación puramente subjetiva, o acompañado de signos objetivables como alteraciones motoras, neurológicas o vegetativas.

Términos con los que a menudo se confunde

• Vértigo: se define como una ilusión del paciente de movimiento falso entre sí mismo y el mundo exterior.
• Presíncope: es la sensación que tiene el paciente de que está a punto de desmayarse. Suele acompañarse de signos y síntomas como sensación de zumbidos, de piernas flojas, constricción del campo visual, palidez, sudoración y/o náuseas.
• Desequilibrio: es la sensación de perder el propio equilibrio sin percibir movimiento ilusorio o pérdida inminente de la conciencia. Por lo general, los pacientes lo sienten en bipedestación o en la marcha. Normalmente el desequilibrio se da como consecuencia de una alteración de la integración entre las informaciones que llegan de los sentidos y las que van a los músculos. Aunque no es raro el desequilibrio en la ancianidad, este síntoma en pacientes jóvenes sugiere la existencia de enfermedad neurológica.
• Inestabilidad mal definida: es una sensación vaga que no cabe en ninguna de las otras categorías, y que a menudo se describe de manera imprecisa por el paciente. Sin embargo, algunos enfermos se sensibilizan debido a los problemas psicológicos relacionados con ansiedad o a otras alteraciones que ya causaron antes ataques agudos de desequilibrios. La inestabilidad que acompaña a los trastornos de ansiedad por lo general se acompaña de hiperventilación.

¿Por qué se da el mareo?

Entendemos que esta sensación incómoda se da por una incoherencia entre las informaciones de los diferentes centros que regulan nuestro equilibrio y la postura.
Los mecanismos de control postural del ser humano se regulan en base a las informaciones procedentes del exterior, siendo los receptores situados en los pies, la articulación temporomandibular y el sistema óculo-cérvico-vestibular los receptores sensitivos encargados de informar al individuo acerca de su propia postura. Dependiendo de estas informaciones, el sistema nervioso central regula el tono postural. Así, es imprescindible que todas las piezas del puzle de la postura encajen perfectamente, ya que si no, si existe una información que no concuerda con el resto, esta producirá una sensación de mareo.
Dentro de la columna cervical, la región más importante para la propiocepción (conciencia del propio cuerpo y de la postura) es la columna cervical alta (C1-C3), destacando en esta la musculatura suboccipital. Por esta región pasan nervios que relacionan el aparato vestibular y visual, y cuyas informaciones de las tres regiones convergen en el cerebelo (órgano responsable del control postural y la coordinación).
En condiciones de normalidad, el control postural funciona correctamente. Sin embargo, ante cualquier alteración, entra en juego el sistema nocioceptivo (responsable del dolor), provocando una hiperactividad de la musculatura profunda, que envía desde los mecanorreceptores (receptores que informan de la contracción muscular y de la presión en las articulaciones) una información constantemente alterada y produciendo así una incoherencia entre las diferentes informaciones que llegan al sistema nervioso central responsables del control postural. Esta especie de “cortocircuito” entre las informaciones, asociado al hecho de que la información visual prevalece sobre la de los mecanorreceptores, son los causantes de la sensación de malestar del paciente.

¿Qué región es la que más habitualmente se afecta en estos casos?

Como se puede deducir, este tipo de síntomas suelen ser predominantemente causados por una afectación en la región cervical alta, pudiendo afectarse este segmento de forma aislada, o afectándose la región cervical en su conjunto.
Cuando existe una rigidez en el cuello, aumentan las posibilidades de irritación en la región que estamos analizando; C1-C3. La información alterada que llega al cerebro desde esta región no coincide con la que llega procedente de cabeza y ojos, ni con la que llega del sistema coclear (encargado de que podamos conocer la posición y el movimiento de nuestro cuerpo en todo momento) por lo que se produce el mareo. Otras causas de mareos pueden ser el espasmo muscular, y a veces, alteraciones vasculares (principalmente de la arteria vertebral).

¿Con que frecuencia se manifiesta?

La mayoría de los casos hallados corresponden a personas de una franja de edad comprendida entre los 30 y los 50 años y principalmente de sexo femenino. Además, la mayoría de pacientes con un diagnóstico de vértigo cervical no presentan sensación de vértigo (ilusiones rotatorias) sino más bien sensaciones de inestabilidad y desequilibrio.

¿Cómo se diagnostican este tipo de problemas?

Ante la presencia de este tipo de síntomas, es necesaria una exploración completa que abarque los sistemas comentados: vestibular, visual, cervical, y descartar patología del sistema nervioso central. Por lo general, el diagnóstico del mareo cervical se hace por descarte, cuando el resto de exploraciones son normales y existe una alteración en la exploración de la región cervical (dolor, limitación, cambios en los tejidos, alteraciones de la columna objetivables en radiografías, etc.)

¿Cómo podemos mejorar este tipo de síntomas?

Ante la confirmación de este diagnóstico y habiendo descartado patologías de mayor gravedad, los mareos cervicales se pueden tratar de diferentes maneras: fisioterapia, ejercicios (de estiramiento y de potenciación de la musculatura debilitada), trabajo de coordinación del sistema óculo-cérvico-vestibular, etc.
En todas estas situaciones, el mareo se trata de un síntoma muy desagradable para quien lo padece, pero no tiene que entenderse como una patología que siempre signifique gravedad. En cualquier caso, ante la presencia de este tipo de sensaciones, el paciente debe ponerse en manos del personal sanitario para que se le realicen las exploraciones y pruebas pertinentes.