¿Qué es la baja visión?


Dori Callejo. Óptico-Optometrista. Óptica Unyvisión

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La Baja Visión es una denominación que empleamos cuando una persona tiene una limitación visualque le impide desarrollar una o varias tareas de la vida cotidiana y no puede mejorarla con gafas convencionales, lentes de contacto, tratamientos farmacológicos u oftalmológicos.

La Baja Visión afecta a todas las edades, pero principalmente a personas de edad avanzada, siendo un estado crónico.
Se considera que un paciente tiene Baja Visión cuando la agudeza visual es inferior a 0.3 en el mejor ojo, con la corrección adecuada, o el campo visual es inferior a 30º.
Existen muchos motivos que causan Baja Visión: malformaciones congénitas, accidentes y patologías.
Las patologías más frecuentes son: DMAE (Degeneración Macular asociada a la edad), cataratas, Glaucoma, Retinosis Pigmentaria, Retinopatía Diabética, Miopía Magna…

DMAE (Degeneración Macular asociada a la edad). Es una enfermedad ocasionada por un deterioro de la mácula, la cual se encuentra en el centro de la retina y nos proporciona agudeza visual para ver detalles finos.
Existen dos formas:
DMAE seca: afecta al 80% de los pacientes, tiene una evolución lenta y progresiva.
DMAE húmeda: aparecen nuevos vasos sanguíneos que provocan filtrado de fluidos y sangre en la mácula con una pérdida de visión rápida.
Síntomas: distorsión de las líneas rectas, palabras y caras borrosas, zonas oscuras en el centro del campo visual…
Cataratas. Es una opacificación del cristalino que provoca imágenes borrosas y pérdida de visión.
Las cataratas pueden ser operables, pero si la situación médica lo desaconseja por distintos motivos, entonces provocan baja visión.

Retinosis Pigmentaria. Es una enfermedad ocular de carácter degenerativo y hereditario. Se nace con la enfermedad, pero es raro que se manifieste antes de la adolescencia.
Síntomas: ceguera nocturna, mala adaptación a la oscuridad, campo de visión limitado, visión “en túnel”.

Retinopatía Diabética. Es una complicación ocular de la diabetes por el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina.
Síntomas: En el inicio pueden no existir síntomas, si se produce edema macular aparece visión borrosa y manchas.

Miopía Magna. Cuando un ojo presenta más de 8.00 dioptrías hablamos de miopía magna.
En altas miopías puede ocurrir que aparezca una atrofia progresiva de la retina afectando a la zona central de la retina, la mácula, o alterando el nervio óptico.

Glaucoma. Es una enfermedad del nervio óptico, uno de los factores principales es una presión intraocular alta.
Un glaucoma sin tratar conduce a un daño irreversible del nervio óptico.
Tipos:
• Agudo: aumento de la presión intraocular repentino y elevado
• Crónico: aumento de la presión paulatino
Síntomas: Perdida de campo visual

Rehabilitacion visual

Cuando una persona tiene una enfermedad que le limita la visión, el primer paso es acudir al oftalmólogo y posteriormente si sigue teniendo dificultades visuales ha de realizar una rehabilitación en Baja Visión con la ayuda adecuada.
Disponemos de ayudas técnicas y adecuadas a las patologías que causan la Baja Visión. Es el paciente el que nos indica qué actividad desea recuperar (por ejemplo ver la televisión, leer…)
Según los informes oftalmológicos y el examen optométrico seleccionamos la ayuda que le dará el mejor resultado, entrenando al paciente para su utilización. En el examen optométrico calculamos los aumentos y valoramos qué partes de la retina son más útiles para el paciente en su rehabilitación.

Tipos de ayudas

Dentro de las ayudas disponemos de:
• Ayudas ópticas: gafas, lupas, filtros selectivos, telescopios, microscopios…
Algunas patologías hacen que los ojos sean más sensibles a la intensidad de la luz. La luz azul es la parte del espectro visible que origina el deslumbramiento, para minimizarlo es necesario filtrarla, para lo cual existen unas lentes especiales adecuadas a cada paciente facilitando el mejor contraste y confort.

• Ayudas electrónicas: lupas electrónicas, software para aumentar la imagen del ordenador…

• Ayudas no ópticas: para mejorar postura, contraste e iluminación como atriles y flexos.

• Ayudas no visuales: para mejorar la autonomía de la persona como relojes y termómetros parlantes, monederos…

El entrenamiento de estas ayudas es fundamental, ya que el paciente ha de aprender a utilizarlas en su vida cotidiana.