¿Te duele el estómago? Quizás tengas gastritis


Susana Clemos Matamoros. F.E.A. Medicina Interna. Hospital Reina Sofía. Tudela

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La gastritis es una inflamación de la mucosa gástrica, que es la capa de células que recubre por dentro el estómago protegiéndole de la acidez de los jugos gástricos. Puede estar producida por múltiples causas: alcohol, tabaco, ciertos alimentos, fármacos así como por infecciones.

Puede presentarse de forma aguda, cuando se presenta durante un corto periodo de tiempo, o crónica, si se prolonga durante meses o años.

Qué Síntomas presenta la Gastritis Aguda?

Varían mucho de unas personas a otras, y en muchos casos los pacientes permanecen asintomáticos. Los más frecuentes son dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, dispepsia (dolor, molestias o sensación de plenitud gástrica) y, en los casos más graves puede llevar a provocar hemorragia digestiva (vómitos con sangre o negruzcos, como los “posos de café”, o deposiciones negras, pegajosas y malolientes llamadas “melenas”).
El dolor que produce característicamente aumenta con las comidas por mayor producción de ácido gástrico durante las mismas, mientras que suele calmar con productos como los lácteos y el reposo digestivo.

¿Cómo se diagnostica una Gastritis?

Los síntomas revelados por el paciente y la analítica de sangre (donde fundamentalmente lo que se objetiva es anemia) ayudan a sospechar una gastritis aguda, pero el diagnóstico de confirmación es histológico, es decir, es necesario analizar en el microscopio una muestra de tejido del estómago obtenida mediante una Gastroscopia.
En esta muestra se observan erosiones que afectan a la mucosa del estómago (no afectan a capas más profunda de la pared del estómago).

¿Cuál es el tratamiento de la Gastritis Aguda?

En ocasiones no es necesario tratarlas, puesto que las gastritis se pueden resolver espontáneamente.
En primer lugar es importante evitar los alimentos irritantes (café, té, alcohol, pimienta, mostaza, vinagre…) o las sustancias que pueden dañar la mucosa gástrica, como los antiinflamatorios.
Se aconseja fraccionar las comidas en una menor cantidad evitando la plenitud gástrica, así como evitar comidas muy elaboradas que inviten a una hiperproducción de ácido gástrico.
En cuanto a los antiinflamatorios en el caso de que sea necesario emplearlos, se hará después de las comidas (nunca en ayunas) y con protección farmacológica.
La protección farmacológica se realiza fundamentalmente con los inhibidores de la bomba de protones destacando omeprazol, pantoprazol, rabeprazol, lansoprazol y esomeprazol. Estos fármacos consiguen mantener un ph en el estómago no excesivamente ácido, disminuyendo así los síntomas de la gastritis y facilitando la curación.
En los casos en los que la causa de la gastritis sea una infección (infección por la bacteria Helicobacter Pylori) es necesario tratar con antibióticos dirigidos a su erradicación (asociados a los citados inhibidores)
Cuando aparecen complicaciones como la hemorragia digestiva puede ser necesaria la realización de una Gastroscopia Urgente, aunque la mayoría de las veces la hemorragia cede de forma espontánea sin necesidad de realizar pruebas invasivas.
La cirugía (que generalmente consiste en la extirpación de todo el estómago) presenta una mortalidad muy elevada y sólo debe utilizarse como último recurso en situación de alta gravedad.

Gastritis Crónica: tipos y síntomas

La gastritis crónica consiste en una inflamación del revestimiento del estómago que se presenta de forma gradual y persiste durante un tiempo prolongado. Se diferencia precisamente de la gastritis aguda en su tiempo de presentación, dado que la aguda surge rápidamente pero sus síntomas pueden desaparecer a medida que la situación de la persona mejora.
Se caracteriza por la progresión de la inflamación hacia la destrucción (atrofia) y metaplasia intestinal (término que indica la conversión de las glándulas del estómago en otras parecidas a las del intestino delgado).
A diferencia de la aguda, la gastritis crónica no posee unos síntomas específicos (hay personas que no padecen síntomas). Cuando estos síntomas aparecen suelen consistir en dolor de estómago, pesadez tras las comidas o aumento en la producción de gases.
La incidencia de la gastritis crónica se incrementa con la edad, siendo más frecuente en ancianos que en jóvenes.

Tipos de gastritis crónica

• Gastritis tipo A ó fúndica: es bastante rara. En este tipo de gastritis, la inflamación afecta fundamentalmente al cuerpo del estómago (porciones superior y media del estómago). Puede causar un tipo de anemia llamada “anemia perniciosa” que es debida a la falta de absorción de vitamina B12, causada porque la pared debilitada del estómago no es capaz de absorberla.

Este tipo de gastritis predispone a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de estómago.
• Gastritis Crónica tipo B: es la más frecuente. Afecta al antro (porción más inferior del estómago) en personas jóvenes, o a la totalidad del estómago en ancianos.
Aparece en casi toda la población mayor de 70 años, y está producida por la infección crónica de la bacteria H. Pylori. Este tipo de gastritis también predispone a tener mayor riesgo de cáncer.
• Otras gastritis especiales incluirían causas químicas como las producidas tras un tratamiento con radioterapia, aquellas relacionadas con enfermedades como la Enfermedad de Crohn o la enfermedad celíaca, por alergias a alimentos o secundarias a infecciones sistémicas como el VIH.

Dieta aconsejada en pacientes con Gastritis

En pacientes con gastritis se recomienda seguir ciertas pautas dietéticas, evitando el consumo de comidas y bebidas que puedan empeorar los síntomas.
Entre las recomendaciones dietéticas figuran las siguientes:
• Alimentos recomendados para la gastritis: pasta, arroz, pan blando, verduras cocidas y sin piel, patata, frutas cocidas, carnes magras, pescados, clara de huevo, productos lácteos desnatados, agua y bebidas sin cafeína
Preferiblemente los alimentos se deben preparar hervidos, al horno, a la plancha o al grill evitando frituras.
• Alimentos que se deben tomar con moderación: verduras crudas, ajo, cebolla, tomate, pepino, productos integrales o ricos en fibra, frutas con piel, leche entera, nata y mantequilla, quesos curados, embutidos, chocolate, bollería, cítricos y bebidas carbonatadas.
• Alimentos que es mejor evitar: alimentos y bebidas muy fríos o muy calientes, pimienta, vinagre, mostaza, café, té y alcohol.
Como normal general se aconseja a los pacientes con gastritis ingerir cantidades pequeñas de comida, aunque con mayor frecuencia, por ejemplo, cinco veces al día.
Se recomienda una masticación adecuada para cada comida, evitando también acostarse inmediatamente después de cada ingesta.
Se trata en definitiva de dar cierto “reposo digestivo” intentado evitar el estímulo de ácido que produce el estómago ante determinados alimentos
Por último, también se recomienda no ingerir fármacos que dañen la mucosa gástrica (aspirina, antiinflamatorios) y evitar, en la medida de posible, situaciones de estrés, pues éste favorece la secreción ácida del estómago.