Trato inadecuado a personas mayores (Parte I)

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El 13 de diciembre de 2017 se celebró en Pamplona un curso sobre «Prevención de Malos Tratos a Personas Mayores», al que tuve la oportunidad de asistir. En él, diferentes personas desde el ámbito profesional sanitario, social e incluso policial y legal, dieron los diferentes enfoques acerca del tema.

Este problema no es nuevo. Desde hace muchos años, profesionales del mundo de la Geriatría alertan de este tipo de violencia hacia la persona mayor. Los malos tratos en este sector de la población son muy desconocidos en nuestra sociedad. Hasta que no los saquemos a la luz, perdamos el miedo a hablar de ellos, aprendamos a detectarlos, permanecerán ocultos, pero existen.

En este artículo trataremos sobre cómo definir malos tratos a mayores y qué tipos podemos identificar. Completaremos el panorama con sucesivas entregas.

Como señala el National Center on Elder Abuse, entendemos por este género de maltrato “cualquier acto u omisión que produzca daño, intencionado o no, practicado sobre personas mayores de 65 años, que ocurra en el medio familiar, comunitario o institucional, que vulnere o ponga en peligro la integridad física o psíquica, así como el principio de autonomía o el resto de derechos fundamentales del individuo, constatable objetivamente o percibido».

De esto se deduce que para hablar de maltrato hace falta que se den los siguientes elementos:

·      Un vínculo: expectativa de confianza.

·      Resultado de daño o riesgo.

·      Intencionalidad.

·      Dependencia debida a la edad, puesto que esto hace que sea más vulnerable.

En cuanto a los tipos de malos tratos, podemos distinguir varios de ellos:

Físico: imponer por la fuerza física y de forma intencionada acciones con resultado de daño. Sería por ejemplo golpear, empujar, pellizcar, pinchar, apretar, agarrar o abofetear.

Psicológico: es una negación del afecto, el aislamiento o la incomunicación. Sería tanto un abuso como una negligencia, es decir, no prestar los cuidados o el apoyo necesario. Se disminuiría la dignidad y generará angustia, consistiendo principalmente en abuso verbal: juramentos, insultos, uso de apodos, tuteos, gritos, amenazas, menosprecio, bromas.

Abuso sexual: cualquier actividad o contacto íntimo sin el consentimiento de la otra persona.

Abusos financieros: utilización no autorizada o inapropiada de fondos, propiedades o recursos de una persona mayor. Produce un beneficio para el abusador o una pérdida de dinero o de otros bienes para la persona mayor. Sería por ejemplo, racionarle su dinero, exigir dinero por favores o cuidados extra, sacar dinero de su cuenta bancaria, falsificar firma, obligarle a firmar documentos, testamentos, uso inapropiado de tutelas o curatelas, ocupación de la vivienda.

Negligencia, abandono y omisión de cuidados: Es negarles ayudas o cuidados que la persona necesita en su día a día. Por ejemplo, negarle alimento, agua, alojamiento, abrigo, higiene, ropa, atención sanitaria, Si se da en la familia es abandono y si se da en instituciones es negligencia.

Maltrato Social: Discriminación de un grupo de población, en este caso personas mayores, cuando son víctimas de delitos, fraudes, acoso inmobiliario, financiero y otros, incluyo por razones de edad (edadismo o ageísmo), cuando se atribuyen solo valores negativos al hecho de ser viejo.

Maltrato institucional: Cualquier legislación, programa, actuación u omisión procedente de los poderes públicos o privados, o del profesional de estas instituciones, que conlleve abuso, negligencia o detrimento de salud, seguridad, afectiva o físicamente, o que los derechos de las personas mayores no sean respetados.

Farmacológico: Usar de forma inadecuado o desproporcionada fármacos, para la sedación o contención,

Autonegligencia: Es la propia persona mayor quien pone en peligro su saludo o seguridad como rechazar alimentos, agua ropa, higiene, medicación.

En una próxima entrega hablaremos de los ámbitos sociales en los que se producen los malos tratos.